La ciudad entre letras: Tijuanenses de Federico Campbell

Todos somos hijos adoptivos de la frontera norte y Campbell nos lo hace saber a través de su narrativa.

Foto por Andrea Latham

La ciudad entre letras: Tijuanenses de Federico Campbell.

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Tijuana es un espectador, un alebrije mecánico autosuficiente que se construye a través de él mismo. Celosa y perfeta, la ciudad utópica es retratada por los múltiples hijos pródigos, que siempre regresan. Bajo el sello literario, la evocación del misticismo contrapone a lo real y para Federico Campbell (1941), era suficiente lo fantásticamente cotidiano para moldear un libro que plasmara el mito. El conjunto de cuentos que se compilan en su libro Tijuanenses de 1989 son, a mi parecer, el precedente de una literatura fronteriza que se reformaría constantemente hasta tomar la forma actual.

Antes de comentar la obra, parece acertado remontarse a la definición de “literatura fronteriza” que a diferencia de sus concepciones, no tiene nada de fantástico. Incluso resulta problemático intentar delimitar la construcción de esta literatura. Por eso, tomando en cuenta que la frontera es un espacio de constante transición delimitado por lo real e imaginario, definiremos la literatura fronteriza como toda aquella que sucede en los límites físicos del territorio norte mexicano y tiene como principales temas la ciudad e identidad. El narrador buscará plasmar ambos conceptos dentro de su trabajo literario.

El híbrido nacional más importante del país, Tijuana, se ha edificado bajo la mano mística de la historia. Y su espacio se considera dentro de la literatura fronteriza como una constante. Para Federico Campbell, hijo pródigo y nómada, la ciudad fue un punto de focalización constante en la construcción de su obra. En Tijuanenses uno de sus libros más reconocidos, se compilan cuatro cuentos y una novela corta escritos entre 1982 y 1989. Todos unificados por la evocación real de la ciudad. Lo que quiero decir, es que la realidad es a su vez el mito.

La novela corta Todo lo de las focas publicada en primera instancia en el año de 1982 por la editorial de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Se remonta a una Tijuana de los años 50’s en donde los espacios de la ciudad ejemplifican como escenarios una relación amorosa. El narrador intradiegético va construyendo la novela, deambulando entre los espacios representativos de la ciudad, evocando la infancia. Lo caracteriza el mundo onírico, el monólogo interior adentra al lector en una ensoñación que recorre las transformaciones que suceden durante la búsqueda de Beverly. La frontera también juega un papel importante en el espacio de la construcción; San Diego, Sonora y Tijuana son un triángulo perfecto para el desarrollo. Beverly, la mujer que implica para el protagonista, diferentes fantasías sexuales y una búsqueda desesperada, es más un simbolismo que una persona. Campbell logra retratar perfectamente la ciudad a través de la búsqueda de la mujer, que a su vez podría ser la búsqueda de la identidad propia.

Por otro lado, Anticipo de incorporación primer relato de la compilación Tijuanenses, fue publicado en 1982 dentro de la revista “La palabra y el Hombre” por la Universidad Veracruzana. El espacio y el pasado confluyen para delimitar el desarrollo de la historia, que nuevamente tiene como protagonista a la ciudad. Primero, nos adentra en el desprendimiento del seno materno, que es Tijuana, el narrador, también intradiegético narra, “…al trasponer el puente de la presa Rodríguez me arrancaba, por primera y quizás última vez, de aquella Tijuana adolescente que no supe hacer mía” (p.129). Para después transportarse a la ciudad de Hermosillo en Sonora. Los sucesos se muestran en diferentes planos temporales entre el desierto, la preparatoria, y la ciudad, añorando siempre el regreso a su ciudad natal, pero manteniéndose siempre en el espacio fronterizo, siempre en búsqueda de la identidad juvenil.

Después el relato que da nombre a la antología de Campbell, Tijuanenses utiliza los característicos recursos literarios, el personaje principal como narrador intradiegético y la ciudad como protagonista sustancial. A diferencia de las narraciones previas a la construcción de los sucesos, que exponen a varios personajes nacidos en la ciudad, todos amigos y todos también, en búsqueda de una identidad concreta. Parecería más una crítica que deja al lector reflexionando sobre su situación; el desprendimiento de los personajes es casi desesperada, quieren alejarse a toda costa de la ciudad, no por situaciones particulares sino como parte de esta búsqueda, uno a uno dejan de ser parte de la mecánica hasta que el personaje principal deja de serlo también.

El tercer relato, Los Brothers publicado en 1984 a través de la Universidad Autónoma Metropolitana, narra la ruptura del personaje principal y Laura, todo a través del recorrido en auto por la ciudad de Tijuana, se entrelazan temas de migración, trabajo, vida y lo cotidiano a través de una conversación tejida hacia la búsqueda del mito, del misticismo. A su vez, el último relato Insurgentes big sur, es una narración que sucede entre la Ciudad de México, o el DF y Tijuana, y la migración y la historia y el devenir de los sucesos. Construyo estos relatos juntos, no por su similitud, sino por la importancia que acontecen juntos como polos opuestos, contrariedades y percepciones distintas de una sociedad.

Me parecía importante resaltar cada una de las narraciones que componen Tijuanenses de Federico Campbell por su importancia particular y su unificación que es la ciudad, las múltiples ciudades, las múltiples visiones del individuo. La literatura fronteriza se transforma en el espacio delimitado que compone una multiculturalidad constante dentro de las letras. Imposible separar la ciudad de la identidad fronteriza, de la visualización del hombre en frontera. Todos somos hijos adoptivos de la frontera norte y Campbell nos lo hace saber a través de su narrativa. El libro Tijuanenses marca, desde mi punto de vista el antes y después de la literatura en la frontera.

 

Andrea Latham (Ensenada, Baja California. 1997). Estudiante de Lengua y Literatura de Hispanoamérica por la Universidad Autónoma de Baja California. Es poeta e impulsora de actividades literarias y cofundadora de Poesía Cuchumá. Ha publicado sus poemas en revistas electrónicas como Aeroletras, Región transparente y linotipia, entre otras. Cuenta con un libro de poesía independiente titulado Flor de Nopal (2017). Y a veces también escribe reseñas y cuentos muy cortos.

Datos de contacto
Blog: https://sobreflordenopal.wordpress.com/
Twitter: @sobrelnopal

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