Un país en donde las mujeres no tienen derecho al voto no puede considerarse verdaderamente democrático.
Organización de las Naciones Unidas (ONU)
Por Jacqueline Hernández Hernández
Hace más de 120 años, en 1893 mientras México vivía los tiempos del porfiriato, en Nueva Zelanda por primera vez en la historia se les reconocía a las mujeres el derecho a votar.
En 1955 llegó el turno de las mexicanas, obteniendo su lugar en la participación pública sobre las decisiones de la nación.
La lucha femenina por ejercer su derecho al voto y a la toma de decisiones comenzó en el mundo desde hace siglos, pero en México sus manifestaciones más importantes comenzaron durante el Gobierno de Porfirio Díaz.
En 1887 Laureana Wright González, fundó y dirigió la revista Violetas del Anáhuac, que un año después se llamó Hijas del Anáhuac, donde aprovecharía sus publicaciones para poner por escrito la demanda del derecho al voto para las mujeres.
A pesar de que las publicaciones feministas estaban tomando cada vez más fuerza, fue hasta años después en 1910, cuando apareció el grupo antireeleccionista que se vinculaba a Francisco I. Madero: “Las hijas de Cuauhtémoc”, las integrantes de este movimiento protestaron para exigir la participación política de las mexicanas.
Por otro lado, buscando otras alternativas a las protestas, pero continuando con el mismo objetivo, en 1916 se realizó el primer Congreso Feminista, que tuvo lugar en Yucatán y fue impulsado por las pioneras del movimiento así como por el Gobernador del estado, Felipe Carrillo Puerto.
Ahora bien, lo que se argumentaba para negar el voto a la mujer mexicana era que, como seres tan sensibles, serían manipuladas por los sacerdotes o por sus maridos para su decisión electoral.
De esta forma Hermila Galindo, que trabajó como secretaria de Venustiano Carranza, se dió a la tarea de sentar las bases teóricas sobre la igualdad intelectual entre hombres y mujeres en el país.
Logrando que en 1917 se expidiera la Ley de Relaciones Familiares, según la cual los hombres y mujeres tienen derecho a considerarse iguales en el seno del hogar.
Así fue como poco a poco se lograban cada vez más avances; en 1923 la Sección Mexicana de la Liga Panamericana de Mujeres convocó al Primer Congreso Nacional Feminista, donde una de las principales demandas que salieron fue la igual civil para que la mujer pudiera ser candidata a cargos administrativos.
Como consecuencia de esa reunión, en San Luis Potosí la mujer pudo votar desde ese año y en Yucatán, Elvia Carrillo Puerto fue la primera mexicana electa diputada al congreso Local, pero tuvo que renunciar por varias amenazas que recibió y se trasladó a San Luis Potosí, donde otra vez resultó electa, sin embargo, el Colegio Electoral no reconoció su triunfo.
Y aunque hubo esperanza en 1937, cuando Lázaro Cárdenas envió una iniciativa a la Cámara de Senadores para que las mujeres pudieran obtener su ciudadanía y así el voto.
Fue 10 años después, el 12 de febrero de 1947, que se publicó en el Diario Oficial la aprobación de la iniciativa del Presidente Miguel Alemán, que establece en el artículo 115 constitucional la participación de las mujeres en las elecciones municipales
“En las elecciones municipales participarán las mujeres, en igualdad de condición que los varones, con el derecho de votar y ser votadas.”
Con la mira en el derecho al voto federal, el 6 de abril de 1952 más de 20 mil mujeres se congregaron en el Parque 18 de marzo de la ahora CDMX, esto para escuchar como el candidato a la presidencia Adolfo Ruiz Cortines prometía plasmar en la Constitución el derecho de las mexicanas a votar y ser electas.
Estas mujeres, encabezadas por Amalia González Caballero, juntaron firmas para presionar al candidato cuando resultara electo.
Así el 1ro de diciembre de 1952, en su toma de poder, Ruiz Cortinez reiteró su compromiso con las mexicanas.
Le tomó hasta el 17 de octubre de 1953 cumplir con su promesa y por fin se promulgaron las reformas constitucionales que otorgaron el voto a las mujeres en el ámbito federal.
La modificación a la Ley, se publicó en el Diario Oficial con el nuevo texto del Artículo 34 Constitucional: “Son ciudadanos de la República los varones y las mujeres que, teniendo la calidad de mexicanos, reúnan, además, los siguientes requisitos: haber cumplido 18 años, siendo casados, o 21 si no lo son, y tener un modo honesto de vivir”.
Finalmente, el 3 de julio de 1955 las mujeres acudieron por primera vez a las urnas a elegir diputados federales, para la LXIII legislatura.
En 2020 se cumplen 65 años desde que se consolidó la lucha de las mexicanas para que se les reconociera como ciudadanas de la nación y se les permitiera votar sobre las decisiones públicas del país.
Por si no lo sabías:
- En 1979 México tuvo a la primera gobernadora estatal (de Colima), Griselda Álvarez.
- México fue el último país de Latinoamérica en consolidar el derecho al voto para las mujeres.
- Las mujeres mexicanas hoy en día son las que definen básicamente las elecciones al ser la mayoría en la lista nominal.
Muy buen recuento de la historia del voto femenino en México. No olvidemos que hubo fuerzas conservadoras que se opusieron a esta conquista de las mujeres y que emplearon diversas argucias como el establecimiento del día de las madres. Saludos