Tres poemas “Aerografía” por Raúl Fernández

La poesía de ciencia ficción está luchando por un espacio en la literatura Hispanoamericana, con “Areografía”, Raúl Fernández Cobos nos presenta 34 poemas que comparten el cosmos y el tiempo, la Tierra y Marte.

 

La poesía de ciencia ficción está luchando por un espacio en la literatura Hispanoamericana, con “Areografía”, Raúl Fernández Cobos nos presenta 34 poemas que comparten el cosmos y el tiempo, la Tierra y Marte.

 

REDENCIÓN

I
Dirían más tarde que llegaron muy lejos,
aunque no fuera cierto:
porque no existe distancia capaz
de cruzar el borde del tiempo.

Tardaron siglos en romper él silencio,
decidieron aplacar la furia
con la voz límbica
que acompasaba
su paso por los cuerpos.

Habrían venido a morir
de haber nacido.  

 

II

Lo capturaron primero, hicieron

del viento su cómplice.

No la nombraron, la inmolaron dentro

de sí mismos;
ganaron sin declarar

la última guerra.

 


III

Frenaron el mundo y casi

al mismo tiempo dejarían

de latir los corazones:

no habrían de usarse

nunca más,

entonces

ya costaba respirar.

 

NI UN INSTANTE

 

Ni un instante

 

la vida toca fondo, y el vacío

llena las entrañas

donde antes había calor;

donde justo antes

había pasión.

 

La negación más cruda anuncia

un final definitivo,

la esencia del miedo

es ausencia de un todo

tras él todo,

disolución de todas las historias,

 

Ni un instante

 

ya vuelve

la sangre,

es tal vez eso el dolor

a moras frescas,

el ritmo remedado al caminat la columna,

el fugor de una rova en él cielo,

rodar un metro más

y otro más, sin volverse

apenas:
se ha repuesto ya para quedarse,

es el hambre de un dios, es la urgencia

del combate.

 

LOS OLVIDADOS

Dejamos pasar el fin
sin que nos toque,

 

flotamos en aire
ralo y frío
de la conciencia,

 

no queda ningún antes
fiel a lo que fuimos.

 

Total
0
Shares
Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Publicaciones Relacionadas
Leer Más

El arrecife

Si veo hacia arriba, puedo verlo con claridad sin lastimarme los ojos. Su luz blanca dispersa el aprensivo cielo azul e inverso que es el mar, poco claro aún cuando es de día...