Toda generación necesita una voz y la de Apodaca sin duda, se escucha fuerte. La sensibilidad cinematográfica de Enrique sugiere una poesía documental crítica, de una ciudad en la que habita, debate y construye una visión-revisión perimétrica con la que dialoga.
“como de costumbre Patrullas que ladran y perros que lloran”.
Enrique Martínez. Capital Hardgore.
Reconozco a Tijuana en sus versos, pero también puedo ver al autor perderse en esas calles que nombra hogar, en las noches vivas y casa en las noches muertas.
La sinceridad de lo escrito en Capital Hardgore me avisa que Enrique es un poeta contestatario, ardiendo en una ciudad insumisa que no perdona a los escritores tibios y que gratifica a los revolucionarios.
“pausa, / pausa para sentir la muerte de vidas sin oportunidad de respirar, / pausa para ignorar que nadie hace nada. / Pausa y piedad”.
Enrique Martínez. Capital Hardgore.
Capital Hardgore es un compilado de vida, una oportunidad para conocer a una generación que ni es de cristal ni es insensata. Es una poética de la particularidad urbana, de resistencia al ambiente gentrificado y a la desolación que motiva una postura política.
Capital Hardcore, en una ciudad como Tijuana, en la voz de Enrique, construye ambientes simbólicos que resignifican cada calle representada en esta escritura vagabunda que reconozco contundente… atmosférica y en ciertos momentos, hasta esotérica.
“El cielo nos dice los nombres inolvidables/ También aquí hay estrellas/radiantes/ardientes/tóxicas/energéticas/implotables/”
Enrique Martínez. Capital Hardgore.
Debo admitir que este libro me hizo llorar de distintas maneras; de rabia, de tristeza, de emoción y hasta nostalgia. Gracias Enrique por este libro tan necesario.
