Jarmusch: El confort incómodo

Nunca he sido una persona de tomar café. No puedo soportar el efecto que en mi cuerpo genera. Demasiado nerviosismo en mí, demasiados temblores. No puedo tener paz después de haber tomado media taza.
Por Braulio P. López

Jarmusch: El confort de lo incómodo

Nunca he sido una persona de tomar café. No puedo soportar el efecto que en mi cuerpo genera. Demasiado nerviosismo en mí, demasiados temblores. No puedo tener paz después de haber tomado media taza. Sin embargo, cuando camino por la calle y paso delante de los cafés (de hecho, trabajó en uno) y veo a las personas tomando café, fumando cigarrillos, leyendo el periódico, charlando entre sí, mirando al vacío hundidxs en sus lagunas mentales; puedo percibir cierta tranquilidad. Disfruto de ese ritual que tanta gente adora… pero desde lejitos. Me siento atraído por lxs que los consumen, me pregunto qué estarán pensando, sobre qué hablarán, si su mente se encontrará en paz o están teniendo los pensamientos a mil por hora (y no creo que todo sea por culpa del café).

Pero algo que me genera mucha paz y tranquilidad, son las películas de Jim Jarmusch. Es uno de mis directores favoritos, precisamente por esa simplicidad tan profunda que emplea en la mayoría de sus obras. Sus películas me hicieron aceptar los aspectos aburridos de mi vida y ver la belleza en ellos. Broken Flowers (2005) y Paterson (2016) son las obras que más me transmitieron este mensaje, al igual que son las más reconocidas de este autor.

Si nunca han visto una película de este director, Coffee & Cigarettes (2003) es un buen lugar para empezar entre las 13 películas que ha dirigido este autor de cine norteamericano independiente. Considerado como uno de los mayores exponentes de este tipo de cine, sus primeras películas vieron la luz al principio de los años ochenta. En aspectos generales, se puede reconocer varios elementos constantes en las películas de Jarmusch: locaciones urbanas y personajes solitarios, guiones con diálogos simples y su humor seco; ambientaciones simples y melancólicas, y muchas pero muchas referencias a la música y la literatura. Coffee & Cigarettes está compuesta por 11 cortometrajes (tres de ellos producidos y presentados anteriormente en el festival de Cannes a principio de los noventa) que ponen ante cámaras distintas conversaciones en las cuales se toma café y fuma cigarros. Son segmentos muy fáciles de apreciar y cada uno de ellos tiene un pedacito de lo que define la obra de Jim Jarmusch. Por estas características es una de sus obras más reconocidas.

Personas sencillas (representados por grandes figuras del ámbito del cine y la música, tales como Iggy Pop, Tom Waits, Steve Buscemi, lxs hermanxs White, GZA y RZA, y no puede faltar el gran Bill Murray) que sólo tratan de transmitir lo que sienten a la persona que está junto a ellxs tomando café, ya sea un profundo sentimiento, un favor, sus rutinas, o simplemente tener pláticas banales. Creo que Coffee & Cigarettes es una película especial de Jarmusch, y se debe a las diferentes situaciones que nos presenta. Como ya he mencionado antes, la mayoría de las tramas de las películas de Jim Jarmusch están basadas en premisas simples: equis personaje busca equis cosa. Pero Coffee & Cigarettes es diferente. Nos presenta distintos encuentros entre dos o más personas. En éstos se consume, obviamente, café y cigarrillos. A veces se habla de temas profundos, en otras únicamente se mantienen conversaciones superficiales o simplemente encuentros incómodos con silencios más incómodos aún, personas hablando de manera apasionada. Conversaciones son conversaciones, aunque sean malas o buenas. Así es la cosa. No puedes escapar a la gente ojete, a esos “ya no sé qué decir”, a esa ansiedad de estar con una persona que no se interesa en lo que estás diciendo, así como no puedes ignorar que te valen los problemas de la otra persona. No todos los encuentros en tu vida se sentirán cool, and that’s okay. Lo único que te queda es aceptarlo, estirar el brazo, tomar esa taza por la oreja, darle un sorbo a tu bebida, fingir que te gusta y decir: “ya sé, wey, a mí también me pasa”. O tienes otra opción, dale una última chupada a tu cigarro, aplástalo contra el cenicero y asiente con la cabeza.

No eres un simple espectador, tú también estás fumando cigarros y bebes café. Te sientes atrapado por los silencios, por la luz, el ambiente, por las conversaciones. Te sientes atraído por esa simpleza, estás viendo la vida real y sólo sientes un calor, cierta paz y tranquilidad. No es una película sorprendente, original, apantallante, extraordinaria, pero estás viendo la vida real, no puedes negar que eso te pasa a ti, nos pasa a todxs. Jarmusch encuentra la manera de ponernos estas situaciones sobre la mesa (una para beber café), pueden parecer lejanas a nuestra realidad, poco bellas… pero ¿por qué negar que lo acontecido en nuestro día a día es bello?

 

 

Braulio P. López es un estudiante de Lengua y Literatura en la Universidad Autónoma de Baja California. Ha participado en proyectos de escritura y cine. Le apasiona mucho la música pero no se considera un cinéfilo. Ama las películas que lo hacen sentir lúcido.

Correo electrónico: braulowski.skool@gmail.com

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