Por Ashly Estrada
Sí, fue tu culpa.
La alarma para iniciar tu día suena y abres tus ojos con pesar, suspiras y piensas en lo fastidioso que es ese sonido y desactivas tu celular. Te sientas en la orilla de tu cama con ojos somnolientos pensando en el largo camino que harás a la universidad. Todos en tu casa aún siguen dormidos a esa hora del día, entonces la pantalla de tu celular se enciende mostrando la llegada de un nuevo mensaje, era una noticia, regularmente optas por no abrirlo, pero esta vez capta tu atención. “El número de feminicidios en Tijuana en lo que va de este 2018 aumentó a 200…”. Haces una mueca de desaprobación, pero en el fondo piensas que algo así nunca te podría pasar a ti, esas cosas solo les pasan a los demás, tú nunca sales tarde de casa, nunca usas ropa provocativa ni eres “coqueta” con los hombres, tu madre siempre te enseñó cómo “comportarte como una señorita”, siempre dándote a respetar, además, ya estás grande, tienes 20 años. Bloqueas tu móvil con un sentimiento de alivio.
Al terminar tus clases, te invitan a salir, a lo que tú declinas rotundamente, pero son insistentes y terminas por aceptar. ¿Qué puede pasar? Divertirse un poco no le hace mal a nadie. La reunión termina más tarde de lo esperado pero no lo suficiente para ser “peligroso”, aún así prefieres pedir un uber. Te despides amablemente de tus amigos y emprendes tu camino a casa, pero antes de llegar a tu destino el chofer te dice que no puede entrar en esas calles, que te bajes ahí. Estando molesta reclamas pero a él no le importas, bajas con un sentimiento de exasperación y el coche arranca lejos. Tu sentir rápidamente se transforma a uno de miedo, un miedo total que llena tus poros, exhalas y humo se forma frente a tu rostro, volteas a todas partes, está oscuro y solo, empiezas a caminar rumbo a tu hogar pero sientes que algo no anda bien, caminas más rápido, pero no fue suficiente. En algún punto crees escuchar al hombre susurrando en tu oído: “esto te pasa por puta”.
Tu cuerpo yacía húmedo, frío, cubierto de lodo y sangre envuelto en una cobija vieja a la orilla de una mísera calle. ¿Pero tú que habías hecho mal? Habías seguido cada una de las advertencias de tu madre, siempre eras cuidadosa al punto que a veces la gente te juzgara como paranoica. Eras buena en la escuela, tratabas bien a la gente, tenías una gran vida por delante, tantos sueños… que terminaron por esparcirse en el aire junto con tu última respiración.
Qué hubieras dado por no haber tomado esa decisión, si tan solo hubieras ido a casa como todos los días. Tal vez sí era tu culpa, no debiste ir con tus amigos a divertirte, ¿Qué hacías a esa hora en la calle? ¿Una señorita como tú? Tal vez tu ropa era demasiado provocativa, tal vez tu manera de caminar incitaba a eso, tal vez te lo merecías por ser mujer.
Un corazón que en algún momento latió por amor, un estómago que revoloteo de alegría, una piel que siento el calor maternal y unos ojos que vieron la belleza de la vida. Tenías tantas cosas que decir pero eso nadie lo sabrá nunca, ya que tu cuerpo nunca pudo identificarse.
Nota: “Aumentan feminicidios en Tijuana”
El número de feminicidios en Tijuana en lo que va de este 2018 aumentó a 200, tras el reporte de dos cuerpos del sexo femenino abandonados en la vía pública, uno en la colonia Tres de Octubre y otro en Mineral de Santa Fe.
El primer caso se registró sobre la calle Bugambilia, cuando fue reportado el cadáver de una mujer de unos 20 años de edad estaba tirado en vía pública, envuelto con una cobija. El segundo cuerpo de una fémina fue encontrado sobre la calle Silverio Alemán, el cual estaba cubierto por un tapete y la cabeza envuelta en una bolsa de plástico.
En ambos casos las mujeres no fueron Identificadas.
Hasta este lunes, 198 mujeres permanecían en el registro de víctimas del año, pero en las últimas horas, los dos feminicidios aumentaron la cifra a 200.
El reporte general de homicidios en 24 horas registró otros nueve homicidios, por lo que la cifra al año alcanzó ya las dos mil 20 víctimas.
Vía: Excelsior
Sí, fue tu culpa es parte de una antología hecha por mujeres universitarias,
quienes, a través de la literatura, se manifiestan contra el feminicidio.
La intención de estas narraciones es re-humanizar a las víctimas
de la violencia de género y darles una voz póstuma para
que cuenten la historia que ellas no podrán contar.
Ashly Estrada Magaña es estudiante de cuarto semestre de la Licenciatura en Lengua y Literatura de Hispanoamérica de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales UABC.