Por Rocío Hernández
Amargo
Ven y,
bebe recio de mi color,
déjame vacía
hasta que quede un fondo gris.
Bebe de mi contenido
hasta que sacies tu sed.
Bébeme ahora,
deja el rastro de tu piel.
Bébeme de un solo trago,
embriágate de mí.
Déjame vacía,
déjame,
déjate,
déjanos,
déjala.
Déjame en tu garganta,
dejémonos
hasta que duela o dejes de doler,
se a mí.
A Rocío no se le va el avión, se le va el aeropuerto entero. Estudia Lengua y literatura de Hispanoamérica en Tijuana.
Datos de contacto:
hernandez.rocio@uabc.edu.mx