El Congreso local de CDMX, con 45 votos a favor, aprobó la iniciativa de reforma para la expedición de licencia menstrual laboral para mujeres y personas que menstrúan con dismenorrea.
La propuesta plantea que padecimientos como la dismenorrea producen dolores menstruales y otros síntomas incapacitantes que interfieren con las actividades laborales.
La reforma propone que se le otorguen de dos a tres días, con goce de sueldo, a mujeres y personas diagnosticadas con dismenorrea con certificación médica, asimismo, el padecimiento no podrá ser razón de despido. Además, se podrían otorgar un día al año para que lxs empleadxs asistan a realizarse estudios de mastografía, papanicolaou o exámenes de próstata, según sea el caso.
La iniciativa se presentó al Congreso de la Unión, que de aprobarla, representaría una modificación a la Ley Federal del Trabajo y entraría en función en todo el país una vez publicada en el Diario Oficial de la Federación.
¿Cómo se otorgará la licencia menstrual?
Se estipula que para solicitar la licencia menstrual, las mujeres y personas menstruantes deberán asistir ante el Instituto Mexicano del Seguro Social o el Instituto de Seguridad y Servicio Sociales de los Trabajadores del Estado y certificar que tiene diagnóstico de dismenorrea.
La dismenorrea, de acuerdo al Manual MSD, es el dolor uterino durante la menstruación, que suele ser más intenso durante las primeras 24 horas desde el inicio del sangrado pero llega extenderse por 2 o 3 días más.
Hay dos tipos de dismenorrea: primaria y secundaria y esta afecta alrededor del 45% y 95% de las mujeres en edad reproductiva.
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La dismenorrea primaria causa dolores espasmódicos que suelen comenzar en la zona abdominal baja e irradiar hacia la espalda y piernas. Además, causa malestar general, fatiga, náuseas, vómitos, diarrea, dolor de espalda y migrañas.
Las principales causas de la dismenorrea secundaria son: la endometriosis, adenomiosis uterina o miomas. Los síntomas son similares a la primaria, sin embargo, en este caso, suelen expulsarse coágulos o moldes endometriales que provocan más dolor.
Las fallas de la reforma
A pesar de que es una iniciativa necesaria, que reconoce las condiciones biológicas de mujeres y personas que menstrúan, hay fallas que no pueden pasarse por alto.
La principal limitante es la condición de un certificado médico. En un contexto en el que la salud sexual aún se considera tabú, muchas mujeres y personas menstruantes no asisten a consultas ginecológicas, ya sea por miedo, vergüenza o desconocimiento. Por lo tanto, hay mujeres que padecen dismenorrea y no están diagnosticadas.
Además, el padecimiento no es la única causa de dolores incapacitantes. Hay mujeres que sufren dolores y síntomas más fuertes en algunos ciclos que en otros, que a pesar de que no se considere un padecimiento crónico, interfiere con la realización de actividades cotidianas. Uno de estos síntomas es la migraña, que puede ocasionar fotosensibilidad, náuseas y vómitos, que pueden aparecer sólo en algunas menstruaciones.
Tampoco es fácil ignorar las condiciones deficientes del sistema de salud pública, si para certificar la condición es necesario acudir al IMSS o ISSSTE para la expedición del certificado, es pertinente valorar y atender los casos reportados de violencia gineco-obstétrica en centros de salud pública.
La reforma, sí es un avance importante y necesario, sin embargo, el Estado continúa controlando y legislando sobre los cuerpos, padecimientos y dolores de las mujeres y personas menstruantes bajo sus propios términos, ignorando problemas estructurales que obstaculizan la atención médica, el diagnóstico o el seguimiento.