Por Periodismo de lo Posible / Cooperativa Acción Comunitaria Pedregales
En los Pedregales de Coyoacán, al sur de Ciudad de México, la escasez de agua se convirtió en una crisis que afectó a cientos de familias. Martha, Carmen, Natalia y Norma, mujeres de la colonia, vieron cómo su vida cotidiana se trastornaba por la falta del recurso más básico.
A través de asambleas comunitarias, recorridos por los pozos de la zona y un detallado mapeo, descubrieron que la distribución del agua favorecía a proyectos inmobiliarios y a grupos privilegiados.
A pesar del desprecio y la violencia institucional, las mujeres crearon un espacio de organización y resistencia para lograr una distribución del agua más justa.
Este es el primer capítulo de la segunda temporada del podcast Periodismo de lo Posible. Los ocho relatos serán retomados en Linotipia y cada nueva entrega será traída quincenalmente.
Cuando falta el agua
A principios de 2014 Martha Elizalde llevaba tres meses sin que cayera una gota de agua por los grifos de su casa. Ella vive en los Pedregales de Coyoacán, y en ese entonces, no sabía la razón del desabasto. Su día a día se esfumaba en buscar agua y en hacerla rendir para su familia.
“Yo recurría a una cubetita y yo le decía a mi hijo, hazte cazuelita, hazte cazuelita y con una cubetita de agua yo lo bañaba”
Martha, que en ese momento tenía 44 años, recorría dos veces por semana las empinadas calles que caracterizan a los Pedregales de Coyoacán. Con un diablito caminaba entre la estrecha banqueta, los coches y las motos hasta que llegaba a una llave pública.
“Agarraba yo mis garrafones de agua, mi diablito y me iba acá por la calle de Izquixochitl o Tabaré y pues allá me iba a traer mi agüita”
Ahí Marta llenaba tres garrafones de 20 litros y con esfuerzos los llevaba de regreso a su casa. Eso apenas le alcanzaba para lavar la ropa de su hijo y su marido, una vez por semana, y para limpiar su vivienda.
“Para lavar los trastes, lavar las verduras, la comida y este bueno de comida, comprábamos garrafones”
A unas cuadras de su casa, la maestra Carmen Trejo y su hija Natalia Lara también enfrentaban los retos cotidianos de ese desabasto, que duraba cada vez más, por causas que desconocían.
“Al regresar a la casa de ustedes, me enojaba mucho que cuando llegaba, la mayoría de veces no había agua”
Ella, junto con su hija Natalia, reservaban agua en cubetas para jalarle a la cadena del excusado o en momentos extremos buscaban otros sitios donde usar el baño.
A diferencia de la mayoría de las casas unifamiliares de los Pedregales, que fueron construidas en terrenos de piedra volcánica y por trabajadores llegados de otras partes del país, Carmen y Natalia viven en una unidad habitacional de los años setentas.
Ahí viven con 500 familias de clase media. En un lugar así, lidiar con la falta de agua implicaba otros retos.
Las asambleas
En su búsqueda de razones sobre el desabasto, en abril de 2014, Carmen y Natalia comenzaron a asistir a la Plazuela de la Solidaridad: una pequeña explanada, debajo de un gran árbol que se volvería referente en su lucha.
Estas asambleas eran convocadas por la maestra Norma Piñón quien vive frente a la Plazuela de la Solidaridad, que era el sitio más crítico del desabasto y donde se unen 3 de las 5 colonias de los Pedregales de Coyoacán.
“Y aquí era el punto, ¿no? Pero aquí eran como cinco calles a la redonda donde teníamos escasez de agua. Entonces por eso escogimos este punto, porque también es un punto cerrado y porque pues, aquí vivíamos los vecinos más afectados”
Las asambleas convocadas por la maestra eran principalmente para presionar enviando escritos a las autoridades responsables del suministro de agua en la ciudad: el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACMEX) y la alcaldía de Coyoacán.
Inicia la protesta
En octubre de 2014 se manifestaron por primera vez. Cerraron la calle principal por la que se entraba al centro comercial Gran Sur. Justo la calle que conecta a los Pedregales de Coyoacán con las avenidas principales de la Ciudad de México: Periférico y Calzada de Tlalpan.
Tomaron la calle entre pocas personas, no llegaban ni a 20, incluyendo a Marta, Norma, Carmen y Natalia. La mayoría eran amas de casa. Eran las más interesadas en que regresara el agua y las que menos tiempo tenían para salir a protestar.
“Organizarte desde un día antes o hacías la comida un día antes o dejabas todo listo para poder tener ese tiempo libre”
“Hay algunos carros que se te echaban encima y que nada más te decía ¡Váyanse a su casa, huevonas!, ¡váyanse a hacer la comida!, no estén aquí. Sí, así, literal nos trataban”
Las mesas de trabajo
Ese primer cierre frente a Gran Sur cumplió con el objetivo, obligaron a las autoridades del SACMEX, la Alcaldía Coyoacán y el Gobierno de la Ciudad de México a atenderlas en su propio espacio de reunión y de lucha: la Plazuela de la Solidaridad.
Las reuniones se extendían por varias horas. Las vecinas siempre preguntaban sobre la causa del desabasto, y estaban atentas a las explicaciones para ver qué información podía servirles, como cuando escucharon este dato revelador que les dio un ingeniero de Sacmex.
“En las mesas de trabajo era muy ríspida la relación. Los ingenieros o los administrativos eran muy agresivos y hasta groseros. Pero decíamos, hay que aguantar porque el que se enoja pierde. Y si nos enojamos, no lo logramos”
“Bueno, la primera fue una que nunca se me va a olvidar, que: ‘ah, bueno, es que ustedes no tienen agua porque tienen muchos hijos’”
Los recorridos
A mediados de 2015 Marta, Carmen, Norma, Natalia y otras vecinas, se reunían dos o tres veces por semana en la Plazuela hasta donde pasaban por ellas los ingenieros del SACMEX. En cuanto los veían se trepaban a las camionetas.
Bajo el rayo del sol, recorrían las cinco colonias que conforman los Pedregales de Coyoacán. En poco más de un año, visitaron por lo menos 23 pozos de agua que debían abastecer a las más de 150 mil personas que viven en los Pedregales.
Conforme hacían esos largos recorridos, las mujeres iban aprendiendo los términos técnicos que usaban los ingenieros para describir el gasto, o sea, la cantidad de agua que produce un pozo. Y fueron descubriendo que la Alcaldía y el SACMEX hacían un mal uso de los pozos.
“Se encontró muchos pozos vandalizados. Había un pozo en Santo Domingo que estaba habitado, vivía ahí una familia. Había otro que estaba lleno de materiales de construcción, que eran del alcalde”
El mapeo
Mientras hacían los recorridos con los ingenieros de SACMEX, Natalia fue registrando en su celular las ubicaciones de las viviendas y unidades habitacionales sin agua, los pozos, la capacidad de cada uno y cuáles funcionaban y cuáles no.
El mapa les mostró las respuestas que buscaban desde 2014. No había agua porque se la quedaban los edificios de departamentos de lujo. Pero también descubrieron que la Alcaldía manipulaba la distribución del chorro para que llegara a lugares específicos.
“Pero ahí demostramos que había agua y nos estaban quitando el agua y que se cerraran las válvulas arbitrariamente”
Para finales de marzo de 2017, un año previo a las elecciones, era muy evidente que la alcaldía sólo dotaba de agua a ciertas zonas. Llenas de rabia en una mesa de trabajo ante la alcaldía, el gobierno de la Ciudad y el SACMEX, Natalia y sus compañeras decidieron mostrar sus hallazgos. Todo indicaba una mala administración de las válvulas.
Las vecinas dejaron boquiabiertos a los funcionarios que antes las habían tratado como “locas”, entre ellos a un director general del gobierno de Ciudad de México, Pedro Bello. Pero en cuanto las vieron empoderadas se pusieron furiosos.
“Empezaron a decir que nos organizaban los de los partidos políticos y estábamos en su contra, casi casi a difamar, a decir que nos pagaban por hacer eso”
Convocar a la prensa
Al día siguiente, Natalia estaba tan segura de los hallazgos que arrojaba el mapa y lo aprendido en los recorridos, que mandó una denuncia al periódico La Jornada y a otros medios independientes.
“Que la alcaldía de Coyoacán era responsable de quitar el agua porque es la manipulación de las válvulas y pues que ya los vecinos habían encontrado, pues justo la corrupción en el tema del acceso al agua”
La Alcaldía trató de desmentirlas y mandó a trabajadores para silenciar a esas intrépidas mujeres que los habían descubierto. Les urgía limpiar su imagen.
Una semana después de haber presentado el Mapa ante las autoridades, el Sistema de Aguas de Ciudad de México llamó a Carmen para informarle que iban a darles un tandeo regularizado. Es decir, que no iban a tener agua en sus domicilios todos los días, pero sí 3 veces por semana.
Nace la cooperativa
Hoy, la Plazuela de la Solidaridad es un punto de reunión de las mujeres organizadas, que defendieron el agua y la siguen defendiendo. Pues, en 2017, Norma, Carmen, Marta y Natalia formaron la Cooperativa Acción Comunitaria Pedregales, desde donde siguen trabajando para la comunidad.
A pesar de que el tandeo que prometió el gobierno no solucionó el problema del suministro. Y las irregularidades que descubrieron permanecen impunes, no han sido castigadas. Pero están orgullosas de que sus investigaciones destaparon la mala gestión del agua y también exhibieron a las autoridades que se vieron obligadas a confesar la verdad.
“Pero, o sea, reconoce, en ese momento reconoce que sí está mal la distribución, que no es totalmente el problema del SACMEX, sino de la alcaldía, que se haga mal esa distribución”
Con sus hallazgos Norma, Carmen, Marta y Natalia se convirtieron en voces irrebatibles ante las autoridades que por años habían minimizado su lucha por el agua. Aunque hoy en día conseguir agua ya no es lo que más les absorbe el tiempo, académicos y periodistas acuden a ellas para conocer su investigación.
La Plazuela de la Solidaridad, ese punto azul en el mapa que hizo Natalia, es un testimonio vivo de la lucha por el agua, de la organización popular y del tejido de sentires y pensares de mujeres que protegieron a su hogar y a su comunidad.
“Una forma de desahogarte tantito de tu… de tu hogar, de tus problemas en tu en tu casa y liberarte tantito. Entonces, como que para mí es, es muy bonito, eso… sentirme un poquito librecita”
Qué nos gustaría que ocurriera
Con este episodio, Periodismo de lo Posible busca visibilizar la importancia del papel de las mujeres en la defensa del agua dentro de Ciudad de México.
Y que quienes escuchen el episodio puedan comprender los aspectos de discriminación política en la gestión del agua y contar con herramientas para su defensa.
“Soñamos con vincularnos con diferentes organizaciones para seguir abonando a la lucha por el agua”, dicen desde la Cooperativa Acción Comunitaria Pedregales.
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