El depredador

El depredador se convierte en animal para agudizar sus sentidos y enfocar a su tan frágil víctima del deseo y anhelo, rechina los dientes, dilata sus pupilas y con su risa escalofriante.

Foto: Christopher Burns

El depredador

Por Miriam Mandujano

El depredador no elige su presa, elige su placer al azar y lo oculta tras su ropa y pensamientos, lo maquila de tal manera que hace que su presa se percate del peligro; pero no por descuido, pues este se alebresta al conseguir su cometido: la atención de su víctima, y aquella que por curiosidad y prevención no dejará de quitarle la mirada de encima, aunque sea de reojo -por si las dudas-. Camina con cautela y temor, con el retrovisor tras la espalda que le recorre el cuerpo y le intimida a cada paso que da, mientras busca a su manada o a alguien conocido, para no mostrarse sola y en todo caso rogar por ayuda.

El depredador se convierte en animal para agudizar sus sentidos y enfocar a su tan frágil víctima del deseo y anhelo, rechina los dientes, dilata sus pupilas y con su risa escalofriante ya podremos saber sus verdaderas intenciones. Se levanta el uno del otro, a la par y sin hablar, a lo lejos y sin titubear, aquella bestia que saborea su entremés y aquella víctima que sabe lo que es, más no lo que sucederá.

Se le ha perdido de vista, se ha mezclado entre los transeúntes, se acabó el juego, la bestia perdió a su presa, la presa ganó el pavor; y así como muchas, temen en silencio, ocultan su identidad y el rostro del salvaje, por miedo o ignorancia; por creer que una mirada no es suficiente para delatar a su depredador.

 

 

Miriam Mandujano Torales: Escribo pequeños textos desde que tengo aproximadamente 13 años. Desde que descubrí que las palabras me llegaban a la mente sin motivo, únicamente con el fin de simpatizar mis sentimientos con el mundo exterior, y desde ese entonces no he dejado de escribir. El impacto que dejo con las palabras a los demás es el reflejo y muestra de mi personalidad. Mi sueño alguna vez fue ser escritora, y digo alguna vez porque ahora me dedico a estudiar algo distinto (Derecho en UNAM), no así pensando que algún día dejará de ser un pasatiempo para convertirlo en mi vida real. Soy alguien emprendedora, solidaria comprensiva y sobre todo incondicional; tengo el favoritismo no solo de empatizar los sentimientos de los demás con mis textos, sino de escuchar y ayudarlos a través de mi experiencia.

Contacto:
mandujano.mt@hotmail.com

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