La diversidad sexo-genérica es un tema que ha cobrado importancia y visibilidad en los últimos años. Tiene 5 dimensiones principales: el sexo biológico, el género, la identidad, la expresión y la orientación.
Comúnmente la sociedad suele asignar roles y esperar comportamientos específicos de las personas de acuerdo al sexo biológico; sin embargo, esto no es un carácter que defina a las personas.

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¿Me siento mujer, hombre o ningunx?
La identidad de género es la forma en la que una persona se auto-percibe y reconoce de acuerdo a los estándares sociales del sexo-género (hombre- masculino | mujer-femenino).
Una persona puede reconocerse como mujer, hombre o genderqueer o no binarix (que fluctúa entre ambas identidades).
Existe además, el término cis-género para nombrar a las personas que se identifican con el mismo género asignado de acuerdo a su sexo biológico. Las personas trans son quienes se identifican con un género distinto al que les fue asignado al nacer.

¿Cómo me veo, como mujer, como hombre o ningunx?
La forma en la que, de acuerdo a las convenciones sociales, una persona se presenta ante el resto en apariencia, vestimenta, modales y demás se considera la expresión de género.
Esto se basa en los roles y estereotipos del contexto sobre lo que se considera “femenino” o “masculino”. Suele ser común que la expresión de género coincida con la identidad, aunque no necesariamente debe suceder así.
Hay niveles de expresión desde la feminidad, la masculinidad y/o la androginia (una fluctuación o combinación entre la feminidad y la masculinidad) o la neutralidad.
Es importante reflexionar sobre las distintas expresiones de identidad sexo-genérica y la visibilidad que están obteniendo. Las personas tienen derecho y libertad para desarrollarse y auto-percibirse de la manera en la que se sientan más cómodas y merecen ser reconocidas.
