Foto por Ezra Jeffrey en Unsplash
Lunes
Hoy por la mañana mi madre no me vio la cara. Sólo abrió el portón. Voltee a mi izquierda por un adiós, pero sus ojos estaban en todos lados menos en mí. Tal vez fue la radio, la música, o tal vez no necesitaba excusas, pero lloré. Lloré debajo de mis lentes, lloré con el sol en mi cara. Lloré a todo lo largo de la avenida hasta el primer semáforo. Me quise estrellar contra la pared de puro concreto. Sentí mis manos sobre el volante y en mi pie derecho un calor que quemaba, en mi cabeza la idea densa, pesada como la culpa sobre mis hombros.
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