Buenos deseos a papá

Hola, hace mucho tiempo que he querido decirte mis pensamientos, mis frustraciones, pero sobre todos mis deseos. Esos deseos que me han carcomido el alma y el corazón desde la niñez.

Buenos deseos a papá

Hola, hace mucho tiempo que he querido decirte mis pensamientos, mis frustraciones, pero sobre todos mis deseos. Esos deseos que me han carcomido el alma y el corazón desde la niñez, esas ganas de que pudieras ir al parque conmigo, que jugáramos futbol o me balancearas en un columpio, disfrutando de una relación que todo hijo querría tener con su padre.

Siempre he deseado que puedas hacerte cargo de mí, que me llames hijo con orgullo, que me presumieras al mundo sin importar si era un “mariposón” o que ocultaras la cara de vergüenza cada vez que tus amigos cuestionaban mi supuesta falta de hombría. Con regularidad veía a los papás de mis amigos dándoles su dinero cada domingo para que fueran a comprar chucherías a la tienda, llevándoles su pastel comprado en la panadería de la esquina cada vez que cumplían años. Y te imaginaba dándome mi domingo para irme a la tienda, trayéndome un pastel en mi cumpleaños para que lo comiera con mis amigos, pero de ti nunca pude esperar nada.

Por lo que pude ver a lo largo de mi vida nunca fui suficiente para ti, nuestros deseos no fueron los mismos, ya que yo anhelaba a mi papá, deseaba una sonrisa tuya, una caricia paternal y en lugar de eso tuve desprecios, gritos, golpes, insultos y humillaciones. Tú por el contrario, deseaste y tuviste el alcohol, las mujeres y Cristal te acompañó hasta perdernos junto contigo.

Ahora, a mis veinticinco años, después de pasar toda una vida sufriendo por ti, llorando tus desprecios, resintiendo tu preferencia por Cristal y deseando tu muerte con cada aliento que salía de mí, puedo decir con total convicción que mi único deseo es que la vida te juzgue, y si considera que mereces un castigo te lo dé. Tengo que agradecerte por haber matado mis sueños, mis ilusiones y mis deseos con cada golpe e insulto que salía de ti.

Ahora, a mis veinticinco años. Mis deseos han cambiado… Catrina vendrá a cumplírmelos, espero sea pronto.

La Jotocrática

Total
0
Shares
Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Publicaciones Relacionadas