La vida de “L” en semáforo

Como el mar, un ir y venir de olas emocionales internas recorrían su cuerpo gracias a un organismo que no se puede ver

Como el mar, un ir y venir de olas emocionales internas recorrían su cuerpo […]Emmanuel Lozano


Por Emmanuel Lozano

¡Rojo! ¿Naranja?  ¡Amarillo! ¡Verde!

Encender, Apagar, subir el brillo a 100%, bajarlo a 50% para después, finalmente, ponerlo en 0% y volver a apagar.

Despertar, desayunar, para después, finalmente, ser consumido por la paranoia, el miedo y la ansiedad.

-Todo está en pausa, todo está en pausa, pero, se tiene que seguir- se repetía una y otra vez.

Como el mar, un ir y venir de olas emocionales internas recorrían su cuerpo gracias a un organismo que no se puede ver. Además, por si fuera poco, sufría el acecho constante de la sombra, como él llama al individuo que con su megáfono en boca rugía con violencia.

El silencio, que a veces experimenta durante el día, adquiría el color verde, para después, prender la pantalla, subir el brillo al 100% y, junto con el ruido de la sombra, volver a amarillo, a naranja.

Volver a rojo.

Dos gigantes que, a pesar de presentarse en diferentes estados evolutivos, fungen el rol de semáforo.


Sobre el autor: Emmanuel Lozano Alvarado, originario de Tijuana, Baja California, nací el 20 de octubre de 1996. Actualmente recién egresado de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de Baja California. Enfocado al área de la fotografía y su análisis. Desde hace un año he incursionado en el journaling o escritura de un diario y ahora, empezando a escribir historias.

Contáctalo en: emmanuelozano.fotografía@gmail.com

Total
0
Shares
Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Publicaciones Relacionadas