EL AHUATE
Hay un cuento de la historia de México que me gusta mucho. El cuento donde Benito Juárez separó al Estado de la Iglesia con las leyes de Reforma. Pura fantasía. Aún en pleno 2021 vemos una fuerte campaña de odio contra los derechos humanos, financiada por instituciones religiosas y grupos con poder económico y político.
En la política mexicana es bien sabido que la izquierda es nula. No hay representación política real y congruente para las luchas que buscan proteger a las personas vulneradas por el sistema capitalista y machista. No hay quien garantice que todas las personas tengan los mismo derechos y libertades sin importar su procedencia, género, sexualidad, etc.
Este año de elecciones tenemos partidos de ultraderecha como el Partido Encuentro Solidario (antes llamado Partido Encuentro Social) que en 2018 ganó con MORENA la presidencia de México. Así es, con MORENA, el partido “comunista” según los derechistas.
MORENA, encabezado por Andrés Manuel López Obrador desde Palacio Nacional, es (apenas) un partido centrista.
Me atrevería a decir que tiene nula ideología política, haciendo alianza con todos los partidos que le vengan a bien. Desde la silla presidencial se ha demostrado que el cuento de Benito Juárez es falso, siendo el presidente su mayor fan, sacando sus detentes como protección en plena conferencia de prensa al inicio de esta pandemia.
Andrés Manuel López Obrador es un títere de la derecha, disfrazado de izquierdista, que gobierna como tronco seco nadando en un río: yendo a donde lo lleve la corriente (de dinero).
En estas elecciones, el PES contiende con candidatxs a diputadxs federales, haciendo campaña de odio contra los derechos al matrimonio y a la adopción de la comunidad LGBTTTIA.
Apelan a la protección de “la familia” como institución, cuando deberían de proteger a las familias que no tienen condiciones dignas de vida, a las familias migrantes que están varadas entre el bordo y la indiferencia de los gobernantes, en ese lugar que llaman el cruce fronterizo Tijuana-San Diego.
Dicen proteger los derechos de la niñez mientras la dejan a merced de sacerdotes violadores; huérfanxs de la sociedad, apartadxs de todo sólo por nacer. Qué es la familia sino un grupo de personas que se cuidan, se aman y se escuchan entre ellas. Sin necesidad de roles (madre, padre, etc.).
El PES tiene la campaña más cínicamente antiderechos, pero los otros partidos no se quedan excentos de retrasarnos años de la equidad social. En Baja California, el partido dominante de derecha ha sido el PAN, quien con sus diputados locales ha trabado leyes en pro de los derechos de adopción homoparental, matrimonio entre personas del mismo género y el derecho de las mujeres y personas gestantes a decidir sobre su cuerpo.
Otro ejemplo de la falsa separación entre Estado e Iglesia es la postulación fallida del obispo emérito de Ecatepec, Onésimo Cepeda Silva, que tenía la intención de contender por una diputación local apoyado por el partido Fuerza por México, sin renunciar al sacerdocio. Y eso que este partido se denomina de “centroizquierda”.
El teatrito de tres pesos que llamamos política, más bien parece una representación chafa del viacrucis que celebran los católicos en Semana Santa, con Jesús representado por el primerísimo actor: Andrés Manuel López Obrador; y los judios por el PAN, FRENAA y Frente Nacional por la Familia. Al final, todo es una maraña para que el pobre siga siendo marginado y el rico siga siendo idolatrado. Porque Dios ama a las personas empobrecidas, igual que AMLO.
Si seguimos en este juego donde el gobierno (y los partidos) tiene alianzas con la mafia eclesiástica no se extrañen si caemos en una dictadura nazi que persigue a cualquier opisición
¡Y cuidado! con las alianzas entre MORENA y el PES en 2018; con el Partido Verde y el Partido del Trabajo en 2021, siempre fiel a Andrés Manuel, (además de sus alianzas en las cámaras con el PRI); MORENA ha demostrado que la oposición no es la derecha, sino “el pueblo bueno”.
Al final no tiene de nada de qué preocuparse queride lectore, tenemos muchas opciones para elegir en los distintos puestos que se están contendiendo. No es como que hagan partidos nomás para jalar recursos del erario público, ¿verdad?
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