Poemas de Charu

Verdaderamente vivir es descender al ensueño

Por Niñx Nadie

Poema sobre la roca, a Bachelard

La vida es ligera o
roca
de nubes bajas seduce sentidos donde toca tierra y se exhibe.
Vida, siembra del manto,
germina su pasta, el magma, volcanes,
pinceles y esponjas. Da entera imaginación al
gres de montaña, árbol de suavidad.
El deseo, guía onírico, alivia en alegría los dedos de todas
cuantas han sido estas manos, si enmudeciendo lloran
distancias en virtudes terrestres.
El deseo conduce sueños íntimos de la muerte enterrada,
profunda,
y excava acelerando un ritmo perlado
que del éxtasis
brota como palma.

Sin más, es ligera.
La vida, donde el mundo subterráneo,
forjando para siempre con martillos
nubes
descalzas en su mar.
Esta marea volante para todo fundir.
La realidad, hecha para fijar
todos los sueños,
al tanto tiempo se torna
existencia dominada.

Verdaderamente vivir es descender al ensueño.
Solo durmiendo se contempla.
Dormir es nombrar, cantar y ante todo
perecer.


Esa noche escribí sobre mis apuntes de la clase “¿Soy un monstruo o esto es ser una
persona? Clarice Lispector”


La distribución
en el mundo_ de las pinturas
las cavernas
los abrigos

eres detrás del olmo.
aterrizar en mis llantos, tizar protones,
eso será suave amartillante tu recuerdo
que nada pierdo, todo gano
por no pisar los crayones

y es precisa o normal la garantía
de alguna ocasión nueva convertir en motivo
el principal atuendo a lenta hora
de granado o granizada:

detrás del día, pintura ensombrecida
escucharte en bahía de estela
y fijar otra vez tu poema sobre la tarde
a orillarme tu terso nombre.

El verde se exhibe en la mañana cuando
duermen los demás seres naturales que no piensan-
-brillan.
La luz en los ojos de la historia
se tiñe al instante esta noche
que eres
de velo castaño, anaranjado, moreno, mojado
de tuna o secreta hada
bajo el mar


Cuando escucho “Más amable” de Dj Python


Agua
(como nunca he visto antes)
derramándose:
rebuzna el burro tímido donde amanece,
cayendo su fina tela sobre Tijuana, en su centro.

Quisiera haber caído con ella
y reír bajo la bóveda del cielo.

Enterrarme vivo, me como un frito, sudo en dos vaivenes
de reguetón.
Sé amable.
Más amable.
Confúndeme vivo.


Sueño de los interiores

A D.

La recámara de almohadas que,
a mordidas, el aroma proviene de su cóncava garganta, amo entre mis cajones.
Guardando para sí alcobas
húmedas aún por tanto polvo en espejo; húmedas,
enternecidas cuando las siluetas, tibias
sobre este armario blanco sin tarde, se tiñen de helechos los mutuos destellos
atravesando su tiempo por la ventana, ocupando
el espacio
del arcaico mundo, y a lo lejos el mar, refugio distante sin mí;
como escuchándose, fragancias despide esta dicha; como escuchándose, desde la recámara,
el día de ayer se levanta


Sobre el autor: Niñx Nadie nació en la ciudad de Tijuana. 23 años.

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