“The Boys”, producida y transmitida a través de Amazon Prime Video, es una de las series más populares actualmente. La serie se estrenó en 2019 a través de esta plataforma. Está basada en los cómics homónimos, escritos por Garth Ennis y Darrick Robertson.
La premisa de la serie es simple: transcurre en un universo en el que las personas con superpoderes existen y trabajan para la empresa Vought Internacional que monetiza a las personas con superpoderes a través de películas y material publicitario.
Esto podría sonar a Marvel y lo que sabemos de los superhéroes, sin embargo, The Boys presenta un giro refrescante para el género. Los 7, el grupo principal de “supers” de Vought, están liderados por Homelander, un psicópata violento con los poderes de Superman y nadie que lo detenga.
El universo cero utópico de The Boys presenta crudamente qué sucedería si en nuestra sociedad corrompida, existieran personas con poderes como vuelo, súper fuerza, hipervelocidad… serían detestables y peligrosas.
La serie arranca justo por esto, Hughie estaba tomando de la mano con su novia Robin, cuando de la nada aparece A-Train (miembro de Los 7 con hipervelocidad) quién prácticamente corre a través de Robin, asesinándola de forma muy gore… accidentalmente.
Así es como conocemos a quienes dan el título a la historia, The Boys son un grupo anti-supers, liderados por Billy Butcher, quien desprecia y quiere acabar con todas las personas con superpoderes, empezando por Homelander.
La cruda realidad del (súper) poder
Lo mejor de la serie es que nos saca de la fantasía que acostumbramos por franquicias como Marvel y DC, en las que las personas con superpoderes son buenas, amables y heroicas. En The Boys nos muestran la verdadera cara del poder.
La serie presenta las repercusiones políticas, económicas y sociales que traerían consigo las personas con súperpoderes en nuestra realidad.
Homelander, un hombre misógino, violento, con hambre de atención tiene pase libre para cometer cualquier tipo de acto cruel mientras quede off the record. A-Train, asesino de Robin, no se hace responsable, Vought presenta cheques millonarios y contratos de confidencialidad para limpiar los “errores” de los supers.
Con la popularidad en redes sociales, el fanatismo y el buen manejo de relaciones públicas, personajes con ideologías fascistas, de supremacía blanca y misóginas, ascienden al poder mediático e incluso político. Esto divide a la sociedad ocasionando protestas y violencia entre los seguidores del fascismo de los supers y quienes como The Boys, ven la verdad detrás de los supertrajes.
La serie muestra que incluso personas sin superpoderes pero con poder político, en busca de aumentarlo, recurrirían a los servicios de los súpers para quitar a sus adversarios y competencia del camino.
La gran sátira
Queda claro que tanto el cómic como la serie, tomaron de modelo las franquicias más famosas de superhéroes y los satirizaron. Homelander, presentado ante la sociedad como un bebé superpoderoso llegado a la Tierra para protegerla y hacer el bien, nos recuerda con intensidad a Superman. A-Train, con su hipervelocidad nos recuerda a Flash.
Una de las últimas adiciones a la serie, Soldier Boy, un soldado con súperfuerza durante la Segunda Guerra Mundial que se presenta como justo y defensor de los débiles nos recuerda al querido Capitán América. Sin embargo, en la serie, cuando llega al mundo moderno, queda en evidencia el racismo y homofobia de sus tiempos.
Por lo mismo, The Boys, se presenta como una entrega refrescante para consumir el género de superhéroes: una historia más cruda, realista y violenta.
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