Por Rodolfo Pérez-Luna
Quise ahogar mi grito en la hierba.
Mas no era un solo,
sino cientos de gritos
enfrascados en uno.
Y como lo que en su caída
trae consigo un peso enorme.
Le lleva tiempo sitiar el aire;
desgarrar su pellejo en temblores,
batirlo a sacudidas
para luego volver su calma en oleaje
antes del encuentro con la superficie.
Así también hubo demora;
prolongación en la entrega del bramido.
Pero casi al soltar
detuve el poco aliento que guardaba.
Vibraron las hojas a mi alcance.
Conté cada murmullo en la pradera.
Uno a uno los fui grabando
hasta hilvanar un bullicio
que creí por entonces nuevo.
En un empeño devastador
arrojé a las aves
lo tallado en mi cúmulo de nervios.
Vacío de toda resonancia.
Cerré mis ojos.
Al abrirlos
la tierra despertó limpia,
reluciente.
Libre de todo agravio.
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Rodolfo Pérez-Luna (Concepción, Chile). Comienza su proceso escritural en 2015, luego se integra al Taller Literario “Mano de Obra”. En 2018 funda con Enrique Giordano, Nicolás Barría y Héctor Veloso el Grupo Literario Independiente “Poetas Curvos”. En 2021 publica “Valija Perdida”, Editorial Cuarto Propio.