8 de marzo en el extranjero

Este pequeño texto trata de reflejar los sentimientos encontrados que me embargaron aquel 8 de marzo del 2020, mientras me encontraba viajando por los Balcanes, al sur de Europa.

Por Mayra Gabriela Baltazar Arteaga
Fotografías por Lizbeth Narváez Meza

Este pequeño texto trata de reflejar los sentimientos encontrados que me embargaron aquel 8 de marzo del 2020, mientras me encontraba viajando por los Balcanes, al sur de Europa. 

Había viajado por al menos 8 meses, pero durante ese tiempo no me había sentido tan sola e incomprendida como ese 8 de marzo. Por aquellos días finales de febrero, realizaba un voluntariado en un precioso hostal localizado en Tirana, la capital de Albania. 

Recuerdo que días antes del 8 de marzo, con otros amigos que también hacían voluntariado, jugábamos a poner el nombre de un personaje en un papel y pegarlo en la frente de nuestro compañero de alado, el objetivo era tratar de adivinar el nombre del personaje para ganar el juego, sonaba divertido al principio, pero para mí, no lo fue tanto. 

Una vez que todos teníamos el nombre del personaje en la frente, empezaron a decir que el mío era un poco complicado y que, probablemente no lo adivinaría. Entre los personajes se encontraban: Vladimir Putin, Buda, Winnie Poo, Pinocho, Aladino y el mío era el panda de WWF. 

Todo mundo adivinó y yo fui la que quedó al final, después de varios intentos por adivinar el nombre de mi personaje, decidí quitarme el papel de la frente y ver el nombre que tenía que adivinar, así que todos empezaron a reír y a realizar comentarios como: “¿No lo conoces? ¿En serio? ¡Es mundial! ¡Todo mundo lo conoce! ¡no lo puedo creer!”. Aunque investigué en seguida de qué se trataba, me sentí muy mal. 

8 de marzo de 2021, Ciudad De México
8 de marzo de 2021, Ciudad De México

Días después, antes del 8 de marzo, empecé a ver todas las actividades que se harían en CDMX, veía cómo muchas de mis amigas publicaban acerca de la marcha, se ponían de acuerdo a través de comentarios, compartían información de cómo estaría organizada la marcha, leía por aquí y por allá acerca del paro nacional de mujeres y eso me movía bastante. 

Quería apoyar, pero no sabía cómo, hasta que vi una propuesta de “desaparecer”, no conectarse en ninguna de las redes sociales, no contestar el teléfono, ni mucho menos mensajes, desaparecer para hacer conciencia de lo que está pasando en nuestro país, de las muchas mujeres que desaparecen y que no sólo dejan de conectarse un día, semanas, meses, sino para siempre. 

Así que le escribí a mi familia y les comenté que por ser 8 de marzo y, como apoyo a todas las mujeres que se encontraban desaparecidas, yo también desaparecería, que no se preocuparan y que una vez esto pasara, platicaríamos. 

8 de marzo de 2021, Ciudad De México
8 de marzo de 2021, Ciudad De México

Llegado el día, me levanté, sin prender mi celular como había acordado conmigo misma, comencé a desayunar y a algunos de mis compañeros del hostal que me encontré les comenté que era un día muy significativo para mí y también les comenté de las acciones que tomaría, ellos con muy poca empatía me comentaban que no tenía mucho sentido y que no entendían del todo lo que les trataba de decir. 

Para mi fue una gran sorpresa, en mi cabeza había algo que gritaba: “¡¿Qué te pasa?! Cada día desaparecen cientos de mujeres y a ustedes ni siquiera les importa”. 

LECTURA RECOMENDADA -> “¡Nos tienen miedo!”; el #8M2021 en CDMX

8 de marzo de 2021, Ciudad De México
8 de marzo de 2021, Ciudad De México

Aún creo que fue uno de los días más tristes, sentía que nadie me entendía, que nadie quería entenderme, estaba sola, sin una mujer a la que también le moviera todo eso que pasa en México y en Latinoamérica, incluso alrededor del mundo.

Entendí que Europa no tiene nuestros mismos problemas, que aquí no desaparecen o mueren asesinadas mujeres todos los días, pero, aunque parezca que aquí no pasan esas situaciones, más bien se habla mucho menos de la problemática.

Me sentí muy feliz de que las mujeres de esta parte del mundo no tienen que vivir con ese miedo que en muchos países de América embarga por completo el pensamiento de la mujer; al mismo tiempo me sentí muy triste de que muchas personas que, si no están interesadas en las situaciones del país en el que viven, menos en sus países de origen u otros países alrededor del mundo; pues si la vida que tienen está bien, lo demás no importa mucho. 

Muchas veces me pregunté si todos los que sabían del panda de WWF en ese juego de personajes, también sabían lo que pasaba en los países latinos con las mujeres, de las marchas que se estaban organizando, de las peticiones que se hacían, incluso dejando de lado los países de la otra costa del atlántico, en sus propios países; pero sobre todo del gran significado que ha ido tomando el 8 de marzo. 

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