Por Mariesther I. Muñoz Phi
Vi los lagos,
planos como un cristal.
Vi los montes,
tan verdes como
nuestras cotorras
revoloteando por los cielos.
Vi los mares,
con su hermosa arena
que parecía ser
diminutos diamantes
brillando con el Sol.
Era un paraíso,
sin fauna salvaje,
con tierra para cosechar
y ríos para nadar.
Vi los llanos,
tan fértiles
como el vientre
de una madre.
Vi los cielos,
tan azules
que mis ojos
han quedado opacos.
Vi los bosques
frondosos,
jugosos,
llenos de frutas
para nuestro deleite.
Era una tierra
enviada por Dios,
un completo
paraíso terrenal.
Fue un sueño,
un viaje al ayer,
a la tierra
que habito hoy,
la que quiero,
pero veo
tan cambiada.
En la que los ríos
ya no se puede
casi nadar.
En la que los cielos
ya no son tan azules
como en mi niñez.
En la que las fieras
se han apoderado
de la sutil fauna.
En la que las tierras
han sido explotadas.
En la que sus playas
han querido vender
y en donde su arena
ya no es virgen.
En la que sus bosques
han sido talados.
Es la tierra
que se pregunta
si aún es
el paraíso
occidental.
Camino
en lo que queda
de su humilde ser.
Recuerdo
sus verdes montes,
planto la semilla
para que tras de mí
vean lo que viví.
Limpio la arena
para que recuerden
no violar sus olas.
Abrazo sus aves
para que las fieras
no las devoren.
Es mi patria,
nuestra tierra,
la que necesita
del cariño
que nos regaló
con sus brillos,
sus manantiales
y su vida.
Es a ella
la que quiero ver
de nuevo
con su verdor,
con más brillo
y esplendor.
Aunque
ahora tenga
más fauna,
quiero que disfruten
del hermoso paraíso.
Quiero
que mi pueblo
disfrute
de su paraíso.
.
Mariesther I. Muñoz Phi. Es una artista multidisciplinaria, educadora y escritora de Puerto Rico. Escribió la antología poética Ensueños amorosos y publicó poemas en distintas antologías de Ecuador, México, Puerto Rico y España.