La Marea Verde

Legalizar el aborto para que deje de ser clandestino y poner en peligro la vida y así volverlo seguro y accesible para todas en las mejores condiciones posibles, garantizadas por el estado, tal y como corresponde.
Por Miguel Corral
Foto: Martín Alejo Hormanstorfer

 

La Marea Verde: aborto legal, seguro y gratuito para todas las mujeres.

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Foto: Martín Alejo Hormanstorfer

por Miguel Corral

“Legalizar el aborto para que deje de ser clandestino y poner en peligro la vida y así volverlo seguro y accesible para todas en las mejores condiciones posibles, garantizadas por el estado, tal y como corresponde”.

Yo no soy artista, no hago arte y se podría decir que sé muy poco sobre eso. Tal vez yo sí sepa dos cosas al respecto: la primera, es que el arte –no importa qué tipo– ha de gustarme; y la segunda es que, al igual que la investigación, el periodismo, la docencia y otro montón de prácticas, el arte debe ser –contundente– una herramienta útil para la transformación social y política. Me parece que el arte decorativo y como decoración es importante, pero de una manera distinta. Por supuesto, habría qué anotar que frente a determinadas circunstancias, embellecer algo es un gesto radical que deviene político.

Sobre todo en relación al segundo punto, aunque la creación artística históricamente ha sido aliada de las movidas sociales de resistencia al rededor del mundo, me sigue asombrando la manera en cómo las prácticas colectivas en el terreno de lo social y político toman potencia cuando adoptan formas tales como el performance, la fotografía, la poesía, la danza, la plástica, por mencionar algunas. Recordemos cómo Reinaldo Arenas y Néstor Perlongher utilizaron la literatura para hablar sobre el sida; cómo Mónica Mayer explora las diversas violencias que padecen las mujeres en su vida doméstica a partir del performance; o el caso de la fotografía de Félix González-Torres y su denuncia sobre la criminalización del amor homo.

Asimismo, toma otra dimensión cuando el cruce entre movimientos sociales y arte colma con sus producciones las redes virtuales de comunicación e interacción, posibilitando el reconocimiento y encuentro entre individuos y poblaciones. Un caso que resalta por su importancia pero también por la visibilidad que ha tomado a partir de conjugar dichas condiciones (militancia, diseño y mundo virtual) es el de la marea verde que están provocando cientos de miles (¿habría qué decir millones?) de mujeres en la Argentina, que está sacudiendo a la sociedad –para bien y para mal– no sólo dentro de los límites territoriales de la república sino de muchas otras latitudes y, por supuesto, millones de consciencias. Esto, sobre todo en lo que respecta a dos aspectos específicos, uno que se sucede como respuesta de lo otro, o como el hartazgo que muda a una praxis revolucionaria.

Primero, las condiciones de vulnerabilidad y violencia en las que viven, en general, las mujeres en la Argentina. Dicho sea, condiciones muy similares al resto de los países de la región, y que se constata con la recurrencia de casos de la violencia física, sexual y psicológica, precarización laboral e inequidad en la retribución de salario respecto a sus pares hombres. Podemos detenernos para mencionar un mecanismo estructural que históricamente ha imposibilitado que las mujeres tomen decisiones respecto de sus cuerpos, tal como sucede en el caso del aborto. Abortar. Aquel acto clandestino, que se calla, que compromete la vida de miles de mujeres pero que no deja de acontecer. Legalizar el aborto para que deje de ser clandestino y poner en peligro la vida y así volverlo seguro y accesible para todas en las mejores condiciones posibles, garantizadas por el estado, tal y como corresponde. Pero a propósito de la exigencia, habría qué mencionar que hace apenas una semana tres mujeres en Santiago de Chile fueron atacadas por un grupo de hombres por hacer público el reclamo a su derecho a abortar de manera segura, legal y gratuita. El patriarcado vestido de esposo, de iglesia, de estado, tiene miedo.

Sin embargo, las mujeres han dejado claro que son capaces de subvertir las condiciones de subordinación establecidas por el orden patriarcal. La exigencia por el aborto libre es un reflejo de ello: las mujeres argentinas han logrado un precedente importante al lograr que la Cámara de Diputados de la Nación hayan aprobado la media sanción a favor del aborto libre, legal y gratuito. Esta lucha, que movilizó a millones de mujeres alrededor de aquel país, ha tenido eco en diferentes latitudes de Latinoamérica y el Caribe. En parte, podemos pensar que esto ha sido posible debido a la utilización de las redes virtuales de comunicación y porque sus mensajes han utilizado estratégicamente la música, la fotografía, el diseño, entre otros, al ser socializados.

Un gesto como el pañuelo verde colocado en el cuello de una mujer puede que no nos diga mucho, pero como insignia abrigando el cuello de millones de mujeres nos cuenta una nueva historia, la que está a punto de suceder y de la cual seremos testigxs: el próximo 8 de agosto el Senado de la República Argentina decidirá si el aborto libre será una realidad en Argentina, decisión que será custodiada por ellas, las del pañuelo verde, que saldrán a tomar las calles aledañas al Congreso de la Nación. Y por nosotrxs, que seguiremos el debate y las acciones a través de internet.

Reitero que sé muy poco sobre arte y el diseño no es lo mío, pero cuando se encuentra vinculado a algún movimiento social para la exigencia de derechos, entonces, ese es el tipo de creación que me interesa.

 

Fotografías por orden de aparición:

https://www.instagram.com/adventum_fotografia/

 

 

Miguel Corral es marica, militante por los derechos de la diversidad sexual y el VIH, maestro en Estudios Culturales por El Colef. Actualmente estudia el Doctorado en Estudios Latinoamericanos de la UNAM y forma parte del Seminario de Investigación Avanzados en Estudios del Cuerpo. Además, Es co-presidente del Comité Binacional de VIH/sida e ITS San Diego-Tijuana.

Contacto
e-mail: miguel.corral@comunidad.unammx.
Twitter: @elmaikco.

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