“PRONUNCIADO /NOBÉL/, AUNQUE ESTÁ MUY EXTENDIDA LA PRONUNCIACIÓN /NÓBEL/”

“…preguntémosle al tortuoso espíritu de Alfred Nobel, ¿Ahora qué?. Y esque me imagino que hasta hace un año, Alfred se pavoneaba entre el resto de los artistas (imaginando que el arte provee un espacio en el cielo)…”

“PRONUNCIADO /NOBÉL/, AUNQUE ESTÁ MUY EXTENDIDA LA PRONUNCIACIÓN /NÓBEL/”

Creo que si tuviera que escribir como hace veinte años, no podría ver la superficie de mi mesa entre tantos periódicos, entre tantos escritores que le han dedicado tiempo y tinta a una de las noticias más interesantes para la academia literaria. Y todos los periódicos lo anuncian desde EL UNIVERSAL hasta EL PAÍS en España, desde EL CLARÍN argentino, EL ESPECTADOR en Colombia, toda habla hispana se pregunta porqué y qué sucedió con el Nobel de literatura; ¿por qué quedó la silla en blanco? ¿por qué no se premiaron a las letras este año?

Pero no es el porqué cuando me refiero a “la noticia más interesante para la academia literaria”, sino la reacción de la academia, de los escritores y de los lectores. Desde que se anunció a principios del 2018 que no se entregaría el galardón a ningún escritor este año, comencé a preguntarme qué sucedería con la literatura y su entorno. Me puse a analizar y reflexionar qué tipo de estragos dejaría, cómo influenciará a los textos que se escribirán, las postura que tomarían las universidades, llegué a pensar en las editoriales, oh pobres editoriales que no tendrían la obra entera de un escritor para vender.

Para aquellos distraídos que no saben de qué estoy hablando, lo explicaré rápidamente. El año pasado, Jean-Claude Arnault, fotógrafo, escritor e importante influencia dentro del círculo artístico de Suecia, fue acusado por dieciocho mujeres de violación y acoso sexual dentro del furor del Me Too movement. Se vio envuelto, a su vez, en distintos escándalos junto a su esposa Katarina Frostenson, miembro de la Academia Sueca. Cuatro miembros de la academia, mostraron su inconformidad abandonando la institución, dejando detrás un estado de crisis que llevó a la cancelación del premio por primera vez en 69 años. Hoy sabemos que Arnault está condenado a dos años de prisión, y la Academia Sueca declaró que el próximo año no se entregará uno sino dos premios.

Pero retomemos el hilo y preguntémosle al tortuoso espíritu de Alfred Nobel, ¿Ahora qué?. Y esque me imagino que hasta hace un año, Alfred se pavoneaba entre el resto de los artistas (imaginando que el arte provee un espacio en el cielo), presumiendo su legado, su premio internacional, un galardón de tal talla, que solamente aquellos que aporten “el mayor beneficio a la humanidad” son dignos de la medalla, el diploma, y millones de euros. Con este statement se crea una dependencia del público que espera atento a sus seis palomas blancas, los seis genios que se vuelven el aliento de esperanza para un sociedad que a veces se olvida que cada año llegan seis nuevos héroes con respuestas para resolver el mundo.

Así que: Alfred, nos dejaste con un gran peso, ¿qué sucederá hora? ¿qué esperabas que sucediera?. Lo que tenía que pasar (y pasó digo yo). Buscar a un nuevo ganador, una nueva novela, un nuevo escritor. Si fuese mi decisión, ya que entramos a eso de tomar mi opinión en cuenta, yo simbólicamente elegiría a Joan Castleman, personaje principal de The Wife (2018); simplemente por la poesía en elegir a un ganador del nobel ficticio, a una escritora que ocultó sus novelas bajo el nombre de sus esposo, y que éste ganara el nobel por ella. También porque a lo largo de la película, nos presumen la narrativa apasionada y conmovedora del personaje, pero solo nos dejan leer un par de títulos, un par de líneas de éstas.

Pero, mi opinión aún no es tomada en cuenta o tal vez publiqué este texto muy tarde, porque solo basta teclear “No-bel-de-Li-te-ra-tu-ra-20-18” en Google para conocer a los ganadores de este año. En plural porque tenemos por lo menos cuatro ganadores este año:
El Comité Internacional de Escritores (primer ganador), anunció el 10 de octubre en el Festival Internacional de Literatura de Buenos Aires, que habían elegido a un ganador para el “nobel de literatura” de este año. Declararon que pretendían llenar un vacío, que era bien merecido, que era una gran oportunidad y que asumen la responsabilidad de otorgar el premio a Jorge Francisco Isidoro Luis Borges Acevedo (segundo ganador). Y vaya declaración, porque con la misma búsqueda en google podemos encontrar diferentes artículos, donde se habla de un número específico de escritores que debieron haber ganado el premio Nobel, en donde nunca falta Borges.

Pero llevemos nuestra mirada hacia el norte y vayamos a nueve zonas horarias a la derecha, encontramos una propuesta con una fecha de expiración interesantemente concreta. The New Academy (tercer ganador), se presenta como un comité que se asegurará de premiar a un escritor este año. Así mismo, nos declara que será más que nada para recordar lo que la literatura debería ser: “…as a reminder that literature should be associated with democracy, openness, empathy and respect. In a time when human values are increasingly being called into question, literature becomes the counterforce of oppression and a code of silence.” Entonces nombran a la escritora francesa (del archipiélago Guadalupe), Maryse Condé, como ganadora de su premio, a la que se le otorgará en una merecedora ceremonia el nueve de diciembre, mes mismo en el que la Academia se disolverá. Así termina su declaración, con un simple y desinteresado adiós.

¿Qué tan desinteresadas fueron las declaraciones, tanto la argentina como la sueca?, ese pensamiento se lo dejo al lector para entretener la mente. Pero que no opaque el pensar en la necesidad de la elite literaria, tanto hispana como europea, por reconocer el aporte literario de ambos escritores a la humanidad. O será la necesidad por tener una figura que siga alentándonos a creer en un cambio a mejorar, o tal vez una nueva estrategia de marketing para vender muchos libros, de hecho el doble que los años anteriores.

De cualquier forma que resulte ser, o que concluya usted, espero que aguarde conmigo por algún osado que decida aventurarse en el análisis de este fenómeno literario más de lo que yo soy capaz de hacer hoy. Espero leer algunas líneas aún más interesantes, que me dejen pensar en la necesidad que tenemos por este premio, o los número fríos de las editoriales, espero una declaración del mismo Alfred Nobel. Pero a falta de una gloriosa resurrección y algún escritor que supla mis caprichos, tendremos que esperar 12 meses hacia el 2019, y ver con nuestros propios ojos cómo esta historia se va terminando de hilar hasta llegar al nombramiento de los dos ganadores del premio nobel en literatura del 2019.

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