The grid Vol II

Salir al caos de la Tijuana semi-urbana es como un día en Fury Road.

 

Por Geovanni Zamudio

The grid Vol II. TJ Streets: The game

 

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Habitar la ciudad es recorrer sus vetas, enfrentar sus riesgos, anidar temporalmente sus huecos y en ocasiones subir a la plataforma de disco, dos veces por semana a bailar bajo una esfera de espejos con un grupo de desconocidos. Desde esta oficina improvisada en lo alto de una cima, veo la mancha de casas que se extiende al infinito y me pregunto ¿cuántas ciudades caben dentro de una? Ciudades infinitas que se sobreponen a la Tijuana ancestral, paleolítica, poética, patética, perianal.

Rebooth

La rejilla de la urbe se reconfigura cada noche. En la ciudad pastiche, nada es eterno. Aparecen edificios nuevos todos los días y otros se desvanecen como si un programador divino presionara el botón de delete, reiniciando el juego.

Se abren calles nuevas todos los días y repentinamente desaparecen secciones completas de grandes avenidas (this is embarrassing, it seems something is wrong with the connection, please contact your webmaster). Sin avisar, el municipio decide un día cerrar la vía rápida por tres semanas, dándole un giro a la partida, metiendo a todos los jugadores de una sección a una dinámica de dispersión y rutas alternas. Los accesos, nodos y circuitos de la rejilla, se rediseñan cada noche aportando elementos caóticos al juego.

Cada día que amanece en Tijuana es un nuevo nivel (you have reached level 2,345), circuitos que recorren los jugadores en el afán de entrar al ruedo de la vida urbana y regresar ilesos o al menos vivos por la noche a sus refugios desérticos, donde se desconectan del mundo análogo, solo para habitar por unas horas los nichos virtuales del mundo digital.

Training mode

Desde temprano, antes de la salida del sol, miles de estudiantes de todos los niveles escolares se preparan para salir a jugar el juego de entrenamiento: llegar a la escuela. Una cosa es el aprendizaje formal dentro del aula, otra experiencia muy diferente es aprender a andar en la ciudad.

El nivel de entrenamiento empieza con un recorrido de 5 cuadras para tomar el transporte: esperar el camión en la oscuridad, subir a un taxi en la penumbra junto con un grupo de desconocidos para finalmente descender entre una marea de carros hasta entrar a la escuela. Algunos llegan en carro hasta la puerta y tienen que aprender la dinámica de la movilidad urbana de otras maneras, otros caminan de ida y vuelta para ahorrar el gasto del pasaje.

Niños, niñas y jóvenes de todas las edades inundan las calles de la ciudad de lunes a viernes. Algunos se van en grupo, otros forman carros colectivos. Para los jugadores en entrenamiento, andar en la ciudad implica conocer las rutas, ubicar las paradas de camino, conocer el color de los taxis y en medio de toda la dinámica de la movilidad urbana, también necesitan aprender los modos de la interacción social y los riesgos de la calle: el acoso, los puntos de alto riesgo y los puntos de seguridad.

Fury Road: master level

El jugador pone un crédito en la rejilla de una máquina de Arcade. Se acomoda en el asiento, ajusta los espejos y espera a que la voz robótica de la máquina inicie la cuenta regresiva. Five… four… three… two… one… go! Al unísono, como en una pieza de orquesta, arrancan todos los vehículos sobre una pista pixelada. A los lados se asoman anuncios espectaculares, palmeras, edificios nuevos y edificios rotos, en el radio suena una pista de techno en 8 bits. El reto del juego es regresar a casa sin un raspón. En las TJ Streets es posible elegir el vehículo de tu preferencia; se pueden hacer ajustes en las llantas, el color del carro o la potencia del motor. Todo depende de la cantidad de créditos con los que cuenta el jugador.

En la calle, aparecen todo tipo de obstáculos: personas sin hogar que cruzan entre los carros repentinamente, pelotas de fútbol que salen volando de la nada, perros, gatos, palomas, baches, hendiduras, pedazos de banqueta quebrada, piedras en medio del camino, pedazos de plástico que salen volando como misiles desde un carro que transporta basura. Desviaciones programadas, accidentes de tránsito, reparaciones, retenes municipales, estatales, federales, marina y/o ejército.

El jugador hábil esquiva los obstáculos y conoce las rutas alternas. Por medio de aplicaciones virtuales evita los retenes de la policía, y con habilidad es capaz de esquivar tres choques en un día. Otros no son tan afortunados, a sus lados van quedando motocicletas destrozadas, un carro que pierde control y se estampa contra un muro en carambola. Otros pierden su vehículo en los retenes de la policía, salir a manejar en el caos de la Tijuana semiurbana es como un día en Fury Road (2015).

Como juego matriz, la ciudad tiene múltiples submundos. Puedes seguir jugando el mismo mundo por siempre o puedes decidir avanzar hacia otros mundos con nuevos retos. Existe el mundo de la maquiladora, el de la oficina, la escuela o la tienda departamental. El trabajo de los repartidores, taxistas y otros choferes es estar permanentemente sobre la carretera. Se puede entrar a la matriz en carro, pero también se puede jugar en moto, bicicleta o a pie.

Como en las consolas de Arcade de los 90, el juego se modifica conforme pasa el día. En la mañana, la dinámica es álgida e intensa con intervalos y pausas; por la tarde, en la salida del trabajo regresa el caos y por la noche se respira una calma punzante, que se ve permanentemente amenazada por una tensión de pulsos bajos que domina todo.

 

 

Geovanni Zamudio Santos es Maestro en Estudios Culturales por el COLEF y Licenciado en Historia por la Facultad de Filosofía y Letras: UNAM. Es productor de música electrónica y ha escrito diversos ensayos, artículos de opinión y poemas. Tiene un interés particular en el estudio del espacio urbano y la cultura popular en la frontera.

Contacto:
geobastian@gmail.com

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