BARDO: Un trip denso, hecho obra del séptimo arte

#TheWhatcher: BARDO es un pinchi viaje astral con Ayahuasca o Bufus Alvarius en la Rumorosa.

“Pronto llegar / El día de mi suerte / Sé que antes de mi muerte / Seguro que mi suerte cambiará”

El día de mi suerte. Willie Colón y Héctor Lavoe.

Por Rene Cio Contreras

Originalmente, quería ver “BARDO, Falsa crónica de algunas verdades”, del director, productor y escritor de cine mexicano, Alejandrodon vergas” González Iñarritú, en estado enmariguanado; pero la realidad fue muy distinta, opté por verla en sobriedad y vaya que no necesité de unos pipazos de Dragon Kush para tripear con la movie. 

Las imágenes de la cinta son brutales. La cinematografía tiene todo el sello de la casa, con grandes angulares, primerísimos planos, planos secuencia y puntos de fuga. Iñarritú nos regala unos paisajes tremendos, contemplativos, cómo ese del padre con la hija en la alberca frente al mar o el amanecer que no amanece en el centro histórico de la Ciudad de México.  

BARDO, Falsa crónica de algunas verdades.

Me parece interesante cómo él mismo hace spoilers de lo que vendrá más adelante, pero no conforme con eso constantemente habla mal de la película. Es un roast a su trayectoria, a su origen en la industria, a la relación con su familia, a su arte.

Existe constantemente una autocrítica del autor de la obra, que en el caso de ROMA de Alfonso Cuaron no vimos, aunque se trató también de una pieza “personalisima” -y no lo digo por echarlos a pelear-.

También es un largometraje de contradicciones y un humor negro muy fino, y con esto no me refiero a algo de clase social, sino a que no es un humor negro del tono burdo o gore. Otra cosa a destacar es la extraordinaria actuación de Daniel Giménez Cacho, ¡qué pedazo de actor!

Me encantaría ver al actor que interpreta al protagonista en la lista de los nominados a los prestigiosos premios de cine en el mundo cómo mejor actor. No es exageración, pero ¡shit! Qué cosa con ese señor. Te lleva de una emoción a otra. Te rompe y también te saca una que otra carcajada. 

La secuencia del baile en el California Dancing Club está de orgasmo visual y auditivo. Otra característica que me puso a viajar con Iñarritú es el soundtrack, con canciones que van desde José José, Celia Cruz, Héctor Lavoe, hasta cumbias rebajadas y música disco. 

BARDO, Falsa crónica de algunas verdades.

También tiene una gran carga política, critica y habla del nacionalismo gringo, del nacionalismo mexa, sobre la migración, los desaparecidxs, lxs miles de muertxs en el país, el poder del Ejército, la apatía social, las clases sociales, los medios de comunicación, la iglesia, la clase política, bueno hasta de lxs periodistas, lxs artistas y sobre España, a todxs les tocó.   

Ya por último, todo el proceso de duelo que vive por su hijo que no quiso nacer “porque el mundo está de la chingada”, está bien doloroso. Giménez Cacho logra transmitir ese dolor de un padre que pierde a su hijx. La paternidad es un tema central en la película y me parece muy honesta la forma en la que la expone.

En fin, queride lectore, concluimos en este espacio, mis álteregos y yo que: BARDO es un pinchi viaje astral con Ayahuasca o Bufus Alvarius en la Rumorosa, Baja California. A manera de conclusión nos quedamos con una frase “La vida son una serie de eventos sin sentido”.

BARDO, Falsa crónica de algunas verdades.
También te puede interesar: Heavy Metal en el Upside Down | Stranger Things
Total
0
Shares
Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Publicaciones Relacionadas