Querido lectore, como ave que disfruta narrar y encontrar respuestas en medio del apocalipsis zombie, he vuelto. Con lo referente a mi regreso, me refiero al hecho de volver a redactar una Caja China luego de un par de años de retiro espiritual. Dizque para madurar la pluma y encontrar el “yo”.
La verdad es que mi regreso no fue nada grato, me hubiese gustado comenzar con algunas anécdotas de mi aislamiento tantrificador, pero vuelvo con la novedad de haber salido de Guatemala para entrar a Guatepeor.
En Baja California, rompieron con su relación tóxica. Le dijeron adiós al Partido Acción Nacional (PAN), para buscar la cuarta transformación. Le abrieron las puertas a la izquierda, a Morena, al Primer Sistema de Noticias, a Jaime Bonilla Valdez y lo más rancio del PRI.
Dejaron atrás a los gobiernos del PRI y del PAN, con sus corruptelas, sus vínculos con el narcotráfico, sus deudas y sus lujos, para tener con Morena a un aspirante a emperador, con fecha de caducidad de DOS AÑOS. El cual no es un santo. En lo que va de su gobierno de DOS AÑOS, Bonilla Valdez ha mentido, robado y traicionado al pueblo; todo lo contrario a los tres principios vertebrales del mesiánico presidente Andrés Manuel López Obrador.
Quiso ampliar su gobierno de 2 a 5 años, no pudo, luego por tres años, tampoco pudo. Quiso tomar facultades de la federación e imponer un impuesto a las gasolinas y derivados del petróleo, pero no pudo. Quiso apropiarse de una caseta federal, de nuevo no pudo. Quiso imponer como candidato de Morena a su empleado en PSN, Armando Ayala, y se la peló.
El gobernador ha denostado a periodistas, activistas, empresarios, opositores políticos de bandos contrarios y del propio. Emberrinchado como él solo, se ha inventado que el gobernador es un todopoderoso, que la división de poderes es mera burocracia y la autonomía de órganos como la Fiscalía General del Estado y la Secretaría de la Función Pública, es un mito.
Se ha peleado con el alcalde de Tijuana, Arturo González Cruz, le dijo maniaco, depresivo, inestable, ratero, asesino y pandillero -no todo al mismo tiempo, ni en ese orden-; también se las ha gastado con la alcaldesa de Tecate, Olga Zulema Adams Pereyra. Que la señora no quiso aprobar en su cabildo el “bonillazo”, pues ahora no la baja de inútil y de señora de salón de belleza.
Total, primero le armó todo un caso para que la FGE investigara y persiguiera a su oponente político, el teniente coronel Julián Leyzaola. Ahora su fantasma asusta a quienes pretenden tener el poder en Tijuana, pues el militar en retiro podría aparecer en la boleta para alcalde de la ciudad (Otra vez).
También se aventó el tiro con Luis Arturo, lo acusó públicamente de ser el actor del homicidio de Mariano Soto, un extorsionador, al cual asesinaron en octubre del 2020. Bueno, pues el Gober insistió tanto en la culpabilidad del alcalde en el asesinato, que hasta la autónoma FGE, a cargo de su compadre Guillermo Ruiz Hernández, ya lo citó en calidad de imputado por varios delitos relacionados al caso Soto, entre ellos pandillerismo.
La última puntada del Emperador de DOS AÑOS, con el espíritu de una de sus empresas fantasma, le dio por sentirse Lázaro Cárdenas o Hugo Chavez y declaró en su programa de Facebook Live que buscaría expropiar el Club Campestre de Tijuana.
Claro, ustedes dirán, “no que muy de izquierda”, pues sí o sea, obvio que sueño con la abolición de la propiedad privada pero, eso es un sueño, en la realidad estas cosas no funcionan así de fácil, además los argumentos expuestos son una bobada.
Que Tijuana es el municipio más poblado de México y se necesitan más áreas verdes porque no las tiene. Bueno, sí las tiene pero no les dan mantenimiento. La IP ha donado espacios, terrenos que ellos compraron para este tipo de proyectos y ¿qué han hecho? Nada.
Además, esto no es una enchilada, no es como que diga “quiero expropiar aquí” y pues ya se expropia. La cosa es más complicada, hay que realizar trámites en la SEDATU, hay que hacer papeleo, recursos legales, defensa y luego enfrentar al Tribunal Superior, porque seguramente eso pasaría y la Suprema Corte los mandaría derechito por donde llegaron. Además el gobierno deberá pagar una indemnización de casi 900 millones de pesos.
Total, acá a todos los trae en el babalunizaje, mientras que Baja California enfrenta uno de los picos más importantes y alarmantes en casos Covid-19. El Secretario de salud paga más de 50 millones de pesos a una empresa fantasma para limpiar unidades administrativas, mientras que personal médico súplica por equipo y medicamentos para quienes atienden a los enfermos y para los pacientes.
(Exhala)
Me da gusto volver querido lectore, aunque estemos en tiempos tan surrealistas. El fin de la era TRUMP me da mucha tranquilidad y esperanza. Ellos están con fecha de expiración y la vida sigue. Unos por cuatro años, otros por seis y algunos por DOS AÑOS. ¡Ánimo! ¡Ánimo! Este loco ya se va, esperemos y no llegue uno peor, porque entonces sí, ya nos chingamos.
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