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Semáforo rojo con todas las medidas de seguridad

Seguir el semáforo, usar cubrebocas, pisar tapetes mojados pero secos, usar antibacterial, tener sana distancia y ¿Listo?

Desde mediados del mes de marzo, debido a la llegada del virus SARS-COV2 conocido como COVID-19 o Coronavirus, en México anunciaron una cuarentena que desató el debate sobre si duraría 15 o 40 días y terminó durando todo el año. 

A partir de marzo, se iniciaron una serie de protocolos de salud e higiene para prevenir el contagio y la saturación de hospitales. 

El aislamiento social, como se le nombró a la jornada que duró hasta el 29 de abril, consistía en que la población limitara su movilidad y se quedara en casa. 

Cottonbro vía Pexels
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Se ordenó el cierre de trabajos “no esenciales”, según el gobierno, porque de muchos de esos la gente comía y se mantenía. Así como bloqueo de vuelos internacionales y cancelación de nacionales. 

La escuela se mudó a modalidad en línea y los más afortunados, hasta mudaron sus trabajos.

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Cuando concluyó la jornada de sana distancia, aún con el virus esparciéndose, se implementó el semáforo epidemiológico, indicado en cuatro colores: verde, amarillo, naranja y rojo, el riesgo de contagio en cada estado.

Junto a cada color, una serie de restricciones y permisos para negocios o actividades de acuerdo al riesgo de contagio. Esto empezó con reducir el aforo de lugares cerrados, limitar espacios para asegurar la distancia, uso (correcto, por favor) de cubrebocas. 

Anna Shvets vía Pexels
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Sin embargo, ante esta permisividad, la población pasó por alto el aforo reducido, la distancia y todas aquellas actividades esenciales y necesarias (que no incluyen bodas gigantes ni bares encerrados). 

Lo que sucedió ante el arranque del semáforo fue que se comenzó la “nueva normalidad”. Este tipo de normalidad que incluye aforo completo, cero distancia, cubrebocas que solo cubre la barbilla y tapetes “sanitizantes” que en realidad solo ensucian más la suela del calzado porque siempre están secos.

Ahora, la nueva normalidad, implica hacer todo lo que se acostumbraba hacer, acompañados de un virus sin tratamiento ni vacuna, auto engañándonos pisando tapetes secos y usando antibacterial rebajado.

 Pero ¡no se preocupen! Tenemos todas las medidas de seguridad.

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