Sinaloa, secuestrada por “La Chapiza”

Exigir justicia queda corto, informar del tema parece hacer nada; no hay suficientes palabras que llenen el vacío de las calles en Culiacán, que callen el rafagueo de las armas de fuego y de la sobreinformación

Camiones quemados bloqueando calles, balaceras en el aeropuerto, las personas resguardadas en sus casas porque afuera hay una guerra, de nuevo, a plena luz del día; otro “culiacanazo” por la captura de Ovidio Guzmán.

Los ataques armados entre las fuerzas militares del Estado mexicano y las fuerzas narcoterroristas de Sinaloa llevan horas esparciendo miedo y silencio en las calles de Culiacán, mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador presume a los elementos de seguridad por Twitter en la conmemoración del 200 aniversario del Heroico Colegio Militar en Campo Marte.

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“Necesitan a esos soldados en Culiacán, no están para cuidar tu demente ego”, contestó un usuario de la red social al Presidente.

Las redes sociales saturadas de videos y testimonios de personas que están en medio del refuego entre militares y sicarios, la conmoción a nivel mundial, la desinformación y el silencio de las autoridades han plagado la conversación digital.

“Estoy dentro de un hotel al norte de la ciudad de Culiacán. Hace unas tres horas me quitaron mi carro y me puse resguardar aquí. Los armados entraron al Hotel de nombre Two y están amenazando a clientes para que les den sus llaves de carros. Hay gritos y llantos”, comentó el periodista Marcos Vizcarra en Twitter a las 9:45 am (hora pacífico).

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Al menos otros dos reporteros estuvieron en la misma situación que Marcos Vizcarra, de acuerdo con la periodista Miriam Ramírez, quien dijo que además los comunicadores han sido encañonados.

“En #Culiacán nadie nos enseñó a reportear la guerra. No sabemos de protocolos claros. Salimos a informar porque alguien tiene qué hacerlo. Por eso cuiden a sus reporteras y reporteros”, sentenció en Twitter el periodista Arón Ibarra.

Pasadas las 11:00 (hora pacífico), el gabinete de Seguridad federal dio una conferencia de prensa en la que apenas se dio información; atraparon a Ovidio, está en Ciudad de México, “no venimos a ganar una guerra, venimos a construir paz”, dijo la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez.

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“Amable recordatorio de que si consumen drogas también son indirectamente responsables de lo que está pasando en Culiacán”, mencionó otro usuario de la red social.

Magda, otra usuaria de Twitter comenta “Hoy es un mal día para vivir en Culiacán”; todo está cerrado, las calles están vacías, igual que hace casi tres años cuando el gobierno de la 4T capturó por unas horas al hijo del Chapo Guzmán, pero lo liberó.

Los operativos del narco parecen más efectivos, pueden tomar una ciudad entera como reacción a la captura de uno de sus líderes; por el contrario las fuerzas armadas del Estado responden casi de manera improvisada y torpe.

Decenas de vehículos con hombres armados pasan por una carretera en sentido contrario rumbo a Culiacán, mientras las personas y transportistas que van rumbo a la capital sinaloense se bajan de sus vehículos los observan y se agachan para protegerse de los balazos que zumban a unos dos mil metros adelante.

Aún a horas de iniciado el operativo y las reacciones violentas, Sinaloa continúa tomada por el crimen organizado, colegas que trabajan ahí comentaron a LINOTIPIA que los robos de vehículos y ataques armados siguen, mientras la información está detenida por las autoridades, “lo único que sabemos es lo que ya todos escucharon en la rueda de prensa de la Sedena”.

Exigir justicia queda corto, informar del tema parece hacer nada; no hay suficientes palabras que llenen el vacío de las calles en Culiacán, que callen el rafagueo de las armas de fuego y de la sobreinformación.

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