El ocaso de 2020 marca el cierre de un año que para la comunidad LGBT+ de Baja California, significó dos derrotas seguidas. Primero por la indecisión de algunos y luego, por el miedo a las reprimendas políticas de parte de los grupos más conservadores.
El movimiento contra el matrimonio igualitario toma relevancia en cada ocasión que la comunidad LGBT+ está en el ciclo de noticias.
Pero, ¿quién se encuentra al frente y centro de este movimiento?
Se podría decir que es el Frente Nacional por La Familia, fundado en el 2016 ante la reforma educativa, porque consideran que la inclusión de temas de género en el currículo provoca “confusión” en la juventud.
Ellos son quienes convocan a las marchas “en favor de la paz y la familia” cada septiembre y quienes pagan por los espectaculares que defienden su idea de la “familia tradicional”.
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En su sitio web aseguran que en 18 estados de la república se ha “dañado la institución del matrimonio natural” y que “la ideología de género confunde y daña la inocencia y el pensamiento de nuestros hijos”. Estos datos los combina con cifras de abortos en México y el porcentaje de divorcios, mostrando así sus principales intereses.
Sin embargo, ellos son el grupo, los soldados de pie y quienes se reúnen para protestar, sin tener una cara o un liderazgo per se. Aunque en ningún lado de su sitio web se encuentran referencias a la religión, es ahí donde encuentran su respaldo principal. La mayoría de sus marchas inician o terminan con la celebración de una misa.
O en el caso del 5 de septiembre de 2019, cuando el tema de la legalización del aborto estaba por entrar al pleno del Congreso del Estado; el obispo de Mexicali, José Isidro Guerrero Macías dirigió el asedio, al grado que la sesión de ese día se canceló.
Seis diputados atendieron al obismo junto con sus feligreses: Montserrat Caballero, Gerardo López Montes, Catalino Zavala, Rodrigo Otáñez, Eva María Vásquez y María Trinidad Vaca.
José Isidro Guerrero, es famoso o infame, según a quien se le pregunté. Su protagonismo político y social es conocido entre la población. El incidente con el que más se le relaciona (además de su intimidación a los diputados) es el caso de Paulina, una adolescente de 13 años, violada en 1999.
Los médicos del Hospital General de Mexicali se negaron a practicarle un aborto a la joven y por medio de la prensa, así como con insistentes visitas, el obispo y un grupo de sacerdotes disuadieron a la joven bajo la amenaza de que sería excomulgada y se “iría al infierno” de realizarse el procedimiento.
Paulina no fue la única que resintió los efectos de la campaña en su contra. Su abogada tuvo que irse a vivir a los Estados Unidos debido a la tremenda presión que recibió por ayudar a la joven con los temas legales.
Cuando el caso se estaba deliberando, el presidente en turno, Vicente Fox comentó sobre él, diciendo que “En una hora, esa chica está enamorada de su hijo”
Por su “defensa del derecho a la vida”, el clero le entregó el título de “Catedral de la vida” a la Catedral de Mexicali.
Sin embargo, este evento es el primero de varios episodios de clase mediática en los que el obispo causó revuelo.
En 2009, luego de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación rechazara una acción de inconstitucionalidad ante el cambio de lenguaje del artículo 7 de la Constitución del Estado.
El obispo declaró que el Papa (entonces Joseph Aloisius Ratzinger, mejor conocido como Benedicto XVI) había realizado una llamada para asegurarse de que la Suprema Corte rechazara la acción.
Además de supuesta presión por parte del entonces presidente de la república Felipe Calderón Hinojoza y de varios gobernadores, incluido el de Baja California, José Guadalupe Osuna Millán, entre otros.
La participación de todos los antes mencionados en la decisión es difícil de comprobar, más aún cuando la Suprema Corte, el Vaticano y la presidencia negaron que el pontífice estaba implicado, ya que eso representaría intervención de un dignatario extranjero (pues el Papa técnicamente es el líder de la Ciudad del Vaticano). Además del quebrantamiento de la división Iglesia-Estado, presente desde la época Juarista.
Eso no le impidió al obispo cantar victoria y agradecer la supuesta intervención divina.
Sus conexiones con el mundo de la política son amplias. Se ha jactado de tener lazos con la familia Hank y de haber tenido el oído de todos los diputados y gobernadores panistas. Incluso ha admitido conocer capos de la droga, como Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, a quien identificó en una entrevista con el Semanario Contraseña de Mexicali como “su amigo” a quien le bautizó “unos 20 hijos”.
Fue en 2019 cuando, acompañado del Frente Nacional por la Familia, arremetió contra Miriam Cano y el Congreso de Baja California al enterarse que esta legislatura tenía en mente discutir la despenalización del aborto, el matrimonio igualitario y la adopción homoparental.
Llegó a las puertas del congreso y fue recibido por los diputados ya mencionados. Tanto fue el espanto que causó su presencia que se canceló la sesión de ese día. En un tono desafiante les dijo que en ese momento eran pocos y que él no tenía problema con manifestarse “con la gente que sea necesaria” a las afueras del congreso.
El tema por ese año se dejó. Incluso a la semana siguiente, el Frente Nacional por la Familia reapareció y estuvieron presentes durante la sesión.
Cuando fue el turno de Miriam Cano para intervenir (en una cuestión separada) los activistas tomaron dos vías, o se voltearon para darle la espalda a la diputada, o la abuchearon como si de espectáculo de lucha libre se tratara.
Miriam Cano podría haber aplicado una llave prohibida al Santo y no habría recibido tal abucheo.
Es así como nos encontramos con el sábado 11 de julio de este año, cuando fue llamada la protesta (en la comodidad de sus automóviles) en contra de que se pase al pleno los cambios necesarios para que las parejas homosexuales no requieran de un amparo para poder casarse.
Antes de pasar al tema de las decisiones en el congreso hay que recordar que de acuerdo con CONAPRED, dos de cada tres bajacalifornianos están a favor del matrimonio igualitario, siendo el tercer estado de la república con mayor aprobación sobre el tema.
Julio se convierte en el mes decisivo, aún con las repetidas promesas de “levantamiento social” el tema es aprobado en comisiones y se lleva a el pleno del congreso.
El 16 de julio es el primer round, pero el ganador de ese día es el color gris; con 15 votos a favor, 3 en contra y 7 abstenciones, “Los Tibios”, como bautizan algunos medios a los diputados que se niegan a tomar una postura.
Poco después, se anuncia que se intentará una segunda ocasión, una segunda oportunidad para que se lleve al pleno. La fecha se da y la carrera empieza.
En el tiempo entre las dos votaciones, tanto grupos a favor como en contra se movilizan para resolver el problema de “Los tibios” y socializar el tema con la población.
El 30 de julio la decisión es más directa, 16 votos a favor, 3 votos en abstención y 6 votos en contra, por lo que el tema se desecha nuevamente.
Aunque la derrota baja los ánimos de muchos, pequeñas victorias salen de entre las cenizas. Grupos en defensa de derechos LGBT+ se refuerzan y algunos nuevos se estructuran.
El tema es abiertamente discutido entre la población del estado, políticos, artistas y otras personalidades que normalmente solo observarían y ahora se ven en la obligación de dar su punto de vista, ante una ciudadanía que cuestiona, ahora más que nunca.
El obispo Guerrero poco comenta durante los eventos de julio, principalmente debido a que su poder de convocatoria se vería eclipsado por la posibilidad de que una reunión masiva se volviera un foco de contagio.
Si el tema regresa a la mesa, con los recientes intentos de miembros del Frente Nacional de la Familia por incursionar en la política, el obispo podría reaparecer en cualquier momento.
Esto significa que si en 2021 el tema llega nuevamente a los curules locales ¿Llamará el Papa nuevamente para cambiar la opinión de los diputados o debemos preparar nuestras mejores ropas para boda?
