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Tribuna
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Buscar el equilibrio entre imagen y palabra es una continuidad. Lograrlo, es encontrar el mecanismo para resolver una poética personal. No estoy segura de que eso se pueda lograr siempre. Sí estoy segura de que cada día lo seguiré intentando.
Hace un par de meses decidí ir a recorrer la zona roja de Tijuana. Quería beber un trago, disfrutar de un buen baile, construir mi propio relato. Voy a decirlo de una vez. Fracasé.
A mí la culpa no me viene en las procesiones de la conmemoración de Cristo, me viene con la infinidad de películas, que pasan toda la semana, en todos los canales.
Destacan la crítica social, el humor negro, el contexto histórico, social y político que se manejan y de manera certera retratan, como siempre lo hace el autor, la realidad más cruda de una sociedad
Santo patriarca de la resentida suciedad mexicana espero no se ofenda con los próximos párrafos, pues es bien sabido por el populo que, quien opina diferente, es crucificado por el delito de pertenecer a la satánica mafia del poder.
Gaspar Noé nació en la Argentina del 63, en medio de la inestabilidad política, elecciones, campeonatos mundiales y el colorido caos poético de su padre, el pintor neoexpresionista, Luis Felipe Noé.
Hay una coincidencia temporal en la historia de las prácticas del placer y la historia universal que me resulta sorprendente a la vez que contradictoria, y es que el primer vibrador mecánico vio la luz en plena época victoriana, a manos de un médico inglés.
“Pienso, luego existo” es la célebre fórmula cartesiana que atraviesa todo el pensamiento de nuestro tiempo.
Desgraciadamente en esta primera colaboración, no puedo dejar de lado la situación que colapsa a México: La violencia. Este cáncer que ha ido consumiendo hectárea por hectárea el suelo nacional a niveles en los que no se respeta ni a la Iglesia.
Las palabras son un fenómeno curioso. Hay quienes no las conocen, pero siempre están hablando. También quien sí las conoce y habla, pero no se hace escuchar. Algunos solo gritan para adentro y otros menos prefieren escucharlas.