Una vuelta al Centro

De Este a Oeste

Te bajas del taxi en la calle Segunda del Centro, frente a la catedral que está antes de la zona del pecado, como si fuera el límite del paraíso… de ahí al bordo es un barranco al vicio. Miles de pasos andando a tu alrededor, las llantas haciendo fricción en su giro por el pavimento, cabalgadas por conductores que se creen Toretto y su pandilla… “dándole con Tokyo”.

Subes por la calle Niños Héroes hacia la Tercera, das por la derecha para encaminarte a La Revu. Le das play a la música: “No sé qué es ese ruido, serán cohetes o serán balazos”. Nortec te conecta a la memoria colectiva de la ciudad, a aquellos tiempos en los que aprendías a caminar.

Desde la Tercera y Revolución se ve el nuevo edificio Cosmopolitan de la calle Siete. Las banquetas y calles están llenas de gente y carros que suben y bajan la avenida. Turistas locales, del Otro Lado y de lados más lejos, se aglomeran en esas aceras con olas 2D color ladrillo.

Sigues la larga fila de palmeras que hacen parecer a La Revu estar más cerca de Playas que de la Zona Norte. Llegas al edificio, donde se han caído escombros y una persona. Lo miras hasta arriba. Tres albañiles desde lo alto te saludan, tú levantas la mano y sonríes… Debido a que el cubrebocas cubre tu rostro, eres el único que lo sabe.

Continuas por la avenida hasta la calle Novena. Miras a la derecha, allí la Altamira. Giras a la izquierda para ver la Zona Río a lo lejos, y más allá: la colonia Libertad. Aprovechas el semáforo para pararte a mitad de la calle y caminar como si retaras a los carros, a la ciudad y al viento.

Llegas a la calle Madero bañada con el rojo de los taxis y el verde de las burras que van rumbo a la Zona Este. Decides regresar a la Tercera. Contrastas en tu mente los puestos de tacos en la esquina contra el fondo con las torres de New City, cerca de la garita San Ysidro.

Ya en la Tercera te encuentras con un par de señores, “A 20 pesos la foto” te dice uno de ellos. Aceptas el trato. “¿Es pa’l pisto?” preguntas. “Simón, es que andamos bien crudos”. Sonríes y continúas viendo a los cables que conectan toda la modernidad.

Regresas a La Revu. Bajas hacia el Border Pyscho. Te sientas en las mesas que están sobre la banqueta. Miras a la gente ir y venir. Un “placa” te mira y tú le regresas la mirada regañona. Entiende el mensaje y se pone el cubrebocas. Pasan los gringos en familia. “This place is nice”, dicen. 

Te tomas una cerveza y compras otra para llevar. Regresas al taxi que te llevó al centro. “Info, Soler, cinco esquinas, con uno se va, súbale”.

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