señores tomados de la mano

Retrato de una cuarentena y contando

La fotografía siempre nos ha servido como un registro que perdura en el tiempo, nos permite crear una memoria visual de eventos importantes, para la sociedad o para nosotros mismos. 2020 no ha sido la excepción y la cámara ha sido primordial, al menos para mí.

De Este a Oeste

Por Sandra Muñoz

La fotografía siempre nos ha servido como un registro que perdura en el tiempo, nos permite crear una memoria visual de eventos importantes, para la sociedad o para nosotros mismos. 2020 no ha sido la excepción y la cámara ha sido primordial, al menos para mí.

Carmencita —mi cámara, porque sí, soy esa persona que le pone nombre a objetos inanimados— me ha acompañado casi todos los días desde marzo. Nunca había tenido tanto tiempo libre, las clases en línea realmente no consumen tanto tiempo si solo te mandan documentos PDF para leer y tu salón de clases es tu cuarto.

El tiempo es algo que sabemos que está ahí, pero jamás lo habíamos tenido tan presente ni tampoco había sido evidente que a veces transcurre con tanta lentitud. El no tener a dónde ir, ni un horario designado para nada te hace ver las cosas con detenimiento, buscar algo novedoso dentro del encierro, dentro de lo cotidiano. 

Si bien es cierto, esto no tiene nada de cotidiano, pero la pandemia nos dio escenas nuevas que se volvieron novedosas y poco a poco comunes.

La pandemia me obligó a retratar instantes que, de otra forma y con las prisas de tener un lugar a donde llegar o de algo que hacer, no hubiera podido ver y seguirían escondidos o perdidos entre edificios cada vez más altos. 

Mi encierro a veces se extendía al carro, siendo así que la mayoría de las fotos que están aquí se tomaron desde un carro en movimiento y algunas con lo que tenía en la mano, fuera mi cámara o mi celular.

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El tiempo es evidente en la imagen. Estos instantes perdurarán aunque la vida regrese a ser normal, aunque la pandemia se termine, esperando que quede como antecedente de un pasado extraño, siempre con la mira a que sea algo que se quede en la imagen, en el pasado.

“Retrato de una cuarentena y contando” nace así, dentro de lo que pensamos serían dos semanas y se convirtieron en casi un año. Un momento donde la cuarentena me permitió conectar con la fotografía de manera que no había hecho antes, me permitió retratar a Tijuana de una forma distinta.

No solo por el claro momento histórico que vivimos, sino también porque sigue siendo una ciudad con migrantes, con personas que no podían costearse el quedarse en casa o que simplemente carecen de una, Tijuana sigue siendo una ciudad más allá de la pandemia. 

Sandra Muñoz es Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Sus ejes de trabajo son la fotografía documental, la realización y el análisis cinematográfico.
Instagram: @nosetomarfotos.jpg

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