Las Malas elecciones pasadas

Las (malas) elecciones pasadas: Alcaldía de Tijuana

Mi intención al recordar este evento, es traerlo a la memoria colectiva ahora que está por suceder algo parecido, no se nos olviden las incoherencias, la falta de representación que históricamente ha pintado el panorama político en México y en Baja California.

Hace casi dos años publiqué mi primera colaboración en LINOTIPIA. Aquella época pintaba un panorama político rancio, áspero, con una luz de cuarta que se iba por el caño para terminar contaminando las playas de Real del mar.

Esta primera colaboración fue una columna crítica de la campaña del ahora gobernador Jaime Bonilla, y me acercó a Alejandro Villa, ahora director de este medio, quien me abrió la puerta a los debates organizados por Grupo Healy en las Torres de Aguacaliente ubicadas en la ciudad de Tijuana.

Fueron dos días seguidos por la mañana, con la emoción de cubrir mis primeros eventos políticos, asistí. Entre dinosaurios de la política y periodistas experimentados.

Recuerdo entrar y no saber qué hacer, por un momento me sentí en el teatro buscando mi lugar entre gente pretenciosa, rica y, hay que decirlo, en su mayoría blanca. Luego recordé lo más cercano que como periodista tuve, las frías salas de prensa de Entijuanarte. 

Me puse en mi papel de periodista, agarré café y un par de galletas; me senté a esperar el show mientras observaba a la gente. Fácilmente podríamos dividir los seguidores de cada partido por generaciones, los más experimentados vestidos de rojo y con el cabello canoso apoyando al PRI. 

Foto del Nuevo PRI en el debate de las elecciones 2018

Los Chavorucos fresas, nacidos en cuna de oro y sin conocimiento de sus privilegios vestían de azul y apoyaban al PAN. La juventud, quizá ingenua, se inclinó por un partido de poca historia, se vistió de naranja con blanco apoyando al PBC, y por otro lado había quienes apoyaban al  PRD pero acá sí se mezclaban las generaciones.

Movimiento Ciudadano era lo mismo que el PAN pero en naranja y con buen soundtrack. Morena no existió en estos encuentros, porque ninguno de sus entonces candidatos quiso entrarle a los debates, ni siquiera al organizado en el teatro de la UABC. 

En su mayoría, las y los candidatos reflejaban muy bien a quienes les apoyaban, excepto el PBC y el PRD, porque nunca hay una buena representación de la juventud en la política y porque la izquierda en este país es como el aire, no lo vemos pero lo necesitamos.

En cuanto a los aspirantes a la alcaldía de Tijuana, por el PRI iba una joven promesa de la política dictatorial mexicana, compa del Ingeniero Hank Rhon, Gabriela Roldán, que a simple vista no reflejaba la forma vieja de quienes siguen al PRI, pero en sus ojos se esconde en la oscuridad una especie de nube negra con peste a algo viejo y podrido.

El patas y el gallo
El patas y el gallo en el campestre antes de las elecciones 2018

Por el PAN, y parece chiste hasta recordarlo, se postuló el ex alcalde de Tijuana,  Juan Manuel Gastélum, apodado “El Patas”, casi como delincuente; su mandato como alcalde estuvo marcado por la violencia, la falta de mantenimiento a la vía pública y sus repetidas visitas al Club Campestre de Tijuana para jugar golf.

Por el PBC iba un Alfonso Carillo al que se le veía con hambre de conectar con la chaviza, pero nomas no pudo. Recuerdo que su hijo llegó a invitarme a recitar poesía en uno de sus eventos, pero es que el PBC, ¿Neta?, es como el hijo olvidado del PAN con Movimiento Ciudadano. Además, y como siempre cuando un no-político se pone el traje de político, dejó mucho que desear.

El PRD apostó por el General de las muertes a sangre fría, el puño de acero de Baja California, y ahora prófugo de la “justicia a modo” de Bonilla, Julián Leyzaola, quién más allá de tener un discurso ligero y aparentemente honesto, nunca despegó del todo, su oscuro pasado le pesó y sumado con la incoherencia de postularse con un partido de supuesta izquierda, le rompió el vuelo.

Fermín García, era candidato de Movimiento ciudadano, y fue tan poco relevante que no me acuerdo ni de su cara, mucho menos de su discurso, pero ahí estuvo.

El patas y Alfonso Carrillo en el debate
El patas y Alfonso Carrillo en el debate de las elecciones 2018

El debate, como todos los que se hacen en elecciones, pareció más un Roast al candidato faltante, y donde además todos se tiraban entre todos. Más que un debate pareció una lucha con lodo donde ganaba el que saliera más limpio, pero ya entrados, todos se embarraron.

Pareciera que en la política nunca se debate para llegar a posturas más allá de lo que una sola perspectiva puede llegar, más bien es una exposición de “propuestas”, más cercanas a una presentación de una empresa multinivel que a un debate como tal.

Mi intención al recordar este evento, es traerlo a la memoria colectiva ahora que está por suceder las elecciones, no se nos olviden las incoherencias, la falta de representación que históricamente ha pintado el panorama político en México y en Baja California.

Espero que no nos traigan a los mismos perdedores, con sus mismos balbuceos de chamacos berrinchudos quejándose del olor a caca cuando ellos fueron los que se cagaron.

LECTURA RECOMENDADA -> El gabinete de curiosidades electorales: Politikids

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