Por Elisa Gtz
Todos conocen a alguien que va al gimnasio o hace ejercicio pesado y habla sobre la “prote” y lo ven consumiendo una exagerada cantidad de pechuga de pollo o atún enlatado, todos los días y a la misma hora.
Sí, esa persona tiene los famosos “gains”; si quieren lograr lo mismo, pero no con esa alimentación como base, los no carnistas entran en conflicto y más cuando se es nuevo en el mundo de las dietas veganas.
Existen muchos mitos sobre llevar una dieta a base de plantas. Uno de ellos está ligado a la realización de ejercicio físico, se piensa que los músculos no pueden crecer lo suficiente debido a la falta de proteínas de origen animal, pero las personas olvidan que la proteína puede tener un origen vegetal y causar el mismo efecto si se consume adecuadamente.
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Se nos ha educado de manera errónea al separar los grupos de alimentos, siempre que se habla de proteína, las personas automáticamente piensan en carne o suplemento de proteína en polvo adicionado con algún sabor como vainilla o chocolate.
Aquí entra otro mito, “comer vegano es muy costoso”. Pues no, porque la proteína de origen vegetal se encuentra principalmente en las leguminosas (lentejas, frijoles, habas, alubias, garbanzos) que podemos encontrar en cualquier súper mercado o incluso en la tiendita de la esquina a precios muy accesibles, y se puede tener la certeza de que alcanzarán para hacer una gran variedad de platillos que además pueden rendir hasta una semana.
Hay muchos y muchas atletas o personas físicamente activas que llevan una alimentación a base de plantas.
Algunos de los cambios que han notado desde que hicieron su transición de carnistas a no carnistas son: una recuperación más pronta durante sus entrenamientos, reducción de la fatiga durante y después de su rutina de ejercicios, mayor energía y una mejora en el control de peso. Además, han obtenido mejores resultados en sus pruebas de clasificación a eventos importantes, como juegos olímpicos.
Considerando todos los beneficios que tiene una dieta a base de plantas por sí sola, si está acompañada de ejercicio físico puedes tener por seguro que tu salud y sistema inmune se elevarán y “vibremos alto”, amigos.
Ya tenemos muy claro que una dieta vegana es una de las mejores decisiones que podemos tomar para cuidar de nosotros mismos. Si eres deportistas, vas al gimnasio o haces ejercicio por tu propia cuenta, anímate a hacer por lo menos esa variación en tu fuente proteica.
Un conflicto entre la comunidad vegana es que se debe hacer un cambio completamente radical y dejar los derivados de origen animal de una vez por todas, sin embargo, es algo que cuesta. Podemos dar PEQUEÑOS pasos para lograr GRANDES objetivos.
Recuerda siempre llevar asesoría tanto nutricional como física con un especialista para evitar una deficiencia de nutrientes o una mala ejecución de técnicas de entrenamiento.
Elisa Gtz (Autora de la nota). Licenciada en Actividad Física y Deporte y masoterapeuta en proceso. Amante de la naturaleza y todo lo que se aprende de ella. Sígueme en instagram @samadhiwellness_ para saber más sobre ejercicio físico, yoga, meditación y veganismo.
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