Y todos se conjugaron en copretérito alrededor de chillantes trompetas, motas de colores, y pedacitos de luz que se amontonaban en el suelo. Todos se llenaban el cuerpo de alcohol, de comida, de ridículos trajes, de falsos discursos.
De la semilla
que fue plantada
bajo mi lengua
ha florecido
cianuro.
El jamón, los aguacates, el pollo, ¿Te falta algo? No. A ver ¿Por qué te enojas chiquita?… Te estoy hablando.
Era otoño, el sol parecía maldecir a Tijuana ese día, a pesar de que en la mañana hacía frío ella decidió vestirse con ropa muy ligera porque sabía que el calor advendría. Incluso con las debidas precauciones, llevaba por encima más sudor que piel.
por Andrés Hernández 8 de abril del 2017, 10:28 PM. – Al salir a la calle, me aseguré…
El mundo no es un salón de clases. Deberías saberlo.
Así que no esperes que espere mi turno para que mis palabras cuenten.
Tijuana, 19 de agosto del 2017.- Todavía podían distinguirse los últimos rastros de rosado y naranja entre el contorno de los edificios de la Avenida Revolución, los bares aún vacíos, los locales esquivando con prisa mercaderes y turistas estadounidenses montados sobre burro-cebras, cuando la multitud comenzó a conglomerarse en la intersección de la Calle Sexta.
Era tan tonto al vestirme Nü metal-aún me causo decepción-…
aquellas fotos tan uncool… (abrigo) laástima por ellas por que en la mayoría parezco seguidor de Caifanes b(v)oy/a llorar ñ.ñ
Desperté a las seis de la mañana después de estar en la cama recordando y asimilando la noche que pasamos juntos, decidí levantarme, tenía tanta sed que podría haberme tomado toda el agua del mundo y aun así no saciarla…
Manual de sobrevivencia en la ciudad T.
de Leobardo Sarabia