Tras el anuncio de Andrés Manuel López Obrador sobre su reciente contagio de COVID-19, aunque afirma que solo tiene síntomas leves, surge la duda entre la población: ¿qué sucedería si falleciera el presidente de México?
El actual presidente se encuentra dentro del sector poblacional que se considera en riesgo de complicaciones ante esta enfermedad, sin embargo, ante un escenario lamentable, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos posee el protocolo ante el fallecimiento de un presidente en mandato.
El capítulo tercero de la Constitución refiere a las funciones y responsabilidades del Poder Ejecutivo, y en el artículo 84 hay una cláusula que indica las acciones a seguir en caso de que el presidente fallezca.
Ante este caso, el Secretario/a de Gobernación es quien debe asumir el cargo presidencial de manera provisional, en este caso sería la Doctora Olga Sánchez Cordero.
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Si el mandatario muere dentro de los primeros dos años de su mandato, el Congreso deberá elegir un presidente interino para que el Secretario de Gobernación pueda retomar su cargo.
Posteriormente, deben convocarse una elecciones en un lapso máximo de 10 días para que la población elija a quien asumirá el cargo durante lo que reste del sexenio.
No obstante, si el presidente muriera en los últimos cuatro años de su mandato, el Congreso decidirá quien concluirá el sexenio, así, el Secretario de Gobernación continuaría en su cargo, pero la población no tendría voz ni voto respecto al sustituto.
Es importante recalcar que esta nota es de índole informativo, no hay ninguna politización ni deseos malintencionados respecto a la enfermedad del presidente actual.
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